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Sevilla

Hay vida después del «usazo»

La penitencia de España es que tiene que jugar el domingo por el tercer puestO. Brasil se sobrepuso al «maracanazo» y ganó cinco mundiales. El Barça superó lo del Steaua

Hay vida después del «usazo»
Hay vida después del «usazo»larazon

Con la humildad que esgrimieron durante 15 victorias consecutivas, asumieron el «usazo», la inesperada derrota ante Estados Unidos. Los integrantes de la mejor selección española que se recuerda, según resultados y estadísticas, no alardearon en el triunfo ni han de hundirse por la derrota. Su penitencia será jugar el domingo por el tercer puesto. Están heridos; pero no muertos. Lo sucedido en la fría noche del miércoles en Bloemfontain sólo ha sido un traspié y, seguramente, una lección para el futuro. En fútbol, eso de que no hay enemigo pequeño, por tópico no deja de ser cierto. Estados Unidos es una muestra; pero en la historia son numerosos los antecedentes.«De diez partidos, Estados Unidos nos gana uno, y ha sido éste», resumió Iker Casillas al final del encuentro. Los chicos de Bob Bradley sucumbieron ante Italia con uno menos y encajaron tres goles (1-3), como contra Brasil (3-0); pero por idéntico resultado sorprendieron a Egipto. El partido redondo, en cambio, lo hicieron contra España, que, superada por el orden, la disciplina y la velocidad del rival, cometió dos errores imperdonables en defensa y en ataque se obcecó en tirar contra el portero. De ahí la derrota.España soñaba con la victoria número 36, una marca histórica, y con una final ante Brasil. Brasil, en 1950, arropada por 203.000 espectadores en Maracaná, con sólo un centenar de seguidores uruguayos acreditados en el monumental graderío, acariciaba el título mundial; más aún cuando Friaca hizo el 1-0. Más de doscientas mil gargantas encendidas empezaron a celebrar el triunfo... Obdulio Varela, el capitán de Uruguay, con exasperante parsimonia, llegó hasta su portería, recogió el balón, se fue al juez de línea, charló con él; luego, platicó con el árbitro, aunque sabía que el tanto fue reglamentario, enfrió a la «torcida» y, cuando el griterió cesó, se dirigió a sus compañeros: «Ahora sí vamos a ganar». Schiaffino empató y Ghiggia sorprendió al meta Barboza, villano de Brasil para los restos, y ganó el partido.A partir del «maracanazo» las matemáticas abandonaron el fútbol. En el Mundial de Inglaterra, en 1966, Corea del Norte sorprendió a Italia (1-0) y ocupó su lugar, junto a la URSS, en la siguiente fase. Los italianos trataron de justificar el desastre aduciendo que jugaron 22 asiáticos, pues era imposible reconocerlos. Los coreanos estuvieron a punto de saltar otra vez la banca cuando llegaron a ganar 3-0 a Portugal, con Eusebio, que terminó por imponerse 5-3. Más fácil lo presentían los portugueses cuando en la final de la Eurocopa 2004 que organizaron en su país se enfrentaron a Grecia... Los griegos ganaron 1-0, con gol de Charisteas.Antes, el 6 de marzo de 2002, el Real Madrid, que cumplía su centenario, recibía en la final de la Copa, también centenaria, al Deportivo. El Bernabéu esperaba un triunfo local y se encontró con los goles de Sergio y Tristán, que hicieron inútil el de Raúl.Los triunfos cantados no existen; de ello también da fe el Barcelona, que el 7 de mayo de 1986 perdió en Sevilla la Copa de Europa con el Steaua. Alexanko, Pedraza, Pichi Alonso y Marcos no consiguieron batir a Duckadam en la tanda de penaltis. Urruti no pudo evitar los de Balint y Lacatus. De maracanazos, centenariazos y batacazos está el fútbol lleno; aunque no suelen marcar el futuro de los derrotados. Brasil, después, ganó cinco mundiales; el Barça, tres Ligas de Campeones.

«No podíamos ser invencibles»«No podíamos ser invencibles de por vida. La trayectoria es y ha sido bastante buena. No hay que poner ningún pero a los jugadores ni al seleccionador por el torneo. Hemos logrado una racha de triunfos impresionante; tres años invictos. Está claro que algún día tenía que llegar, y quizá hubiésemos preferido perder el día de Sudáfrica que haber perdido ayer (por el miércoles)», comentó Iker Casillas, capitán de la selección española, el día de después de la inesperada derrota en semifinales ante los Estados Unidos. El portero del Real Madrid siempre da la cara en los malos momentos. Reconoce que están enfadados. «Hay decepción porque vinimos para llegar a la final. Tuvimos un rival delante que jugó un fútbol diferente y que se mereció pasar a la final», argumenta Iker. Para él «hay que sacar la lectura positiva». «Esta derrota nos va fortalecer de cara al Mundial», asegura el meta internacional.