La escasa formación profesional debilita el tejido laboral

Hace escasas semanas, la constatación de que trece países de la Unión Europea habían creado empleo durante 2008 desmintió la versión oficial que atribuye nuestra elevada tasa de paro únicamente a la adversa coyuntura internacional. Quedó claro entonces que las claves que debían explicar cómo se había destruido un millón de puestos de trabajo en tan sólo doce meses había que buscarlas, sobre todo, en casa. El estudio presentado ayer por la Fundación La Caixa sobre Formación Profesional ofrece algunas de esas claves y explica cómo buena parte del desempleo se debe a la falta de cualificación del sistema productivo, cuya base debería estar integrada por individuos de formación profesional intermedia. España está lejos de sus socios comunitarios en esta materia. Mientras que en la UE la población ocupada con una cualificación profesional intermedia es del 49%, en España este porcentaje es del 23,1%. Además, el estudio constata que el 42,4% de los españoles tiene un nivel educativo bajo, en contraste con el 23% europeo. Una abultada diferencia que se repite en los datos sobre abandono educativo: España (31%) sólo es superada por Portugal, mientras que la media de la UE se ha reducido a un 14,8%. Sin un cambio en nuestro modelo de formación profesional, el tejido laboral español será de los más vulnerables a la crisis.