Ley Antipiratería

Los «piratas» buscan refugio en Google

Los «piratas» buscan refugio en Google
Los «piratas» buscan refugio en Googlelarazon

Los detractores de la «piratería» celebran hoy el Día de la Propiedad Intelectual entusiasmados por la reciente condena contra The Pirate Bay, la célebre página de descargas. Sin embargo, hay quienes creen que se ha ganado una batalla a costa de perder la guerra. Así, el acoso judicial a las páginas de intercambio de archivos podría estar abriendo nuevas vías para la polémica. Por ejemplo, que los «piratas» recurran a otras herramientas para seguir bajándose contenidos: en concreto, buscadores como Google. Palabras clave En el fondo, páginas como The Pirate Bay son poco más que un buscador especializado en contenidos audiovisuales. Mientras, Google detecta información de todo tipo, pero un usuario mínimamente competente puede filtrar los contenidos a su antojo. Basta teclear el título de la obra junto a palabras clave como «torrent» o «rapidshare» para detectar miles de enlaces a archivos audiovisuales. De hecho, hay internautas que han empleado la herramienta de personalización de Google para crear su propio buscador «pirata». «Ahora mismo, es más fácil y rápido usar un buscador que The Pirate Bay», dice Benjamin Edelman, profesor de Harvard especializado en regulación de internet. En Google admiten que su tecnología permite este tipo de búsquedas, aunque recalcan dos diferencias con las webs de descargas. Primero, que sus herramientas no están diseñadas específicamente con el fin de «piratear». Y, además, que ellos ofrecen herramientas a los dueños de las obras para que denuncien y retiren los enlaces que les perjudiquen. «Se puede hacer un mal uso de cualquier producto, pero el vendedor de cuchillos no es responsable del señor que apuñala a su mujer», dice Bárbara Navarro, directora de Relaciones Institucionales de Google España. Proceso farragoso Aun así, Edelman considera que «es legítimo» plantearse si Google podría sufrir una demanda. Es cierto que se puede exigir la retirada de enlaces, pero el proceso es farragoso: por cada uno que se elimina, aparecen otros mil. «Es como el juego del gato y el ratón», argumenta Edelman. «A veces, el gato se come un ratón. Sin embargo, siempre habrá más roedores rondando por ahí». Sin embargo, a los abogados les costaría aplicar la «doctrina Pirate Bay» a Google. Cualquier actividad «pirata» es minúscula comparada con sus usos legítimos. Además, el buscador nunca ha animado a sus usuarios a que infrinjan el «copyright», al contrario que la web sueca. Así, cada vez más expertos trazan un paralelismo histórico con el juicio de Napster en 2001. La industria discográfica recibió con euforia el cierre de la página de descargas, pero el resultado fue la aparición del P2P y otras tecnologías «piratas». «Internet es una máquina de copiar: si quieren acabar con las descargas, tienen que cerrar la red», concluye Javier de la Cueva, abogado especializado en propiedad intelectual.