Francia

Belén Tobalina: «Nuestra factura energética exterior cuesta 50000 millones al año»

Belén Tobalina: «Nuestra factura energética exterior cuesta 50.000 millones al año»
Belén Tobalina: «Nuestra factura energética exterior cuesta 50.000 millones al año»larazon

«La factura energética exterior de España asciende a 50.000 millones de euros al año, según el Foro Nuclear y la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa). Resulta esencial invertir cuanto antes la balanza. Con ese dinero perdido se podría producir empleo. Un buen modo sería rehabilitando las viviendas, y que, tanto a nuevas como a viejas, se las dotara de tecnología limpia. Y si los parquímetros cuentan con fotovoltaica, ¿por qué no las farolas y los tejados? Algunos pensarán que la solución está en dejar de destinar tarifas especiales a las renovables y apostar por la nuclear. Sin embargo, cabe recordar que la eólica ya en 2008 permitió ahorrar 200 millones, y eso al descontar las primas. La fotovoltaica es otra cosa, le queda un camino por recorrer y lo hará. Pero incluso si España decidiera abanderar la nuclear como Francia es esencial llegar ya a un consenso. ¿O vamos a esperar a que se arme revuelo si se alarga la vida de Garoña o a que la población se encienda y no quiera entender que en 2010 nos llegan residuos radiactivos de Francia «made in Spain»?Y si apostar por los eléctricos es importante, también lo es modificar el reciente Código Técnico de Edificación. Eso, o esperar a que toda su comunidad de vecinos se ponga de acuerdo y le deje poner un mero enchufe en el garaje. Han citado coches híbridos y que la gente, según una encuesta, ya no cree en el medio ambiente... Un coche híbrido sirve para impulsar el I+D, pero si la mayoría de las emisiones se genera en su construcción, el que sea híbrido, con dos motores, le hace más contaminante. Eso es marketing verde, nada más. Y, por último, en cuanto a las encuestas recuerdo una en la que los sondeados aseguraban saber qué era el Protocolo de Kioto, y prácticamente nadie sabía qué era el cambio climático. ¿No debería ser a la inversa?»