Europa

Viena

Objetivo: el Mundial

Objetivo: el Mundial
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En otros tiempos, la derrota contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones hubiese provocado el terremoto acostumbrado, ése con el que se reforzaba la imagen de un equipo que no cumplía sus promesas ni sus expectativas. En otros tiempos. Ahora, España pierde frente a un rival inferior, juega el encuentro por el tercer puesto y no hay tragedias ni decepciones. Al revés, se mira al futuro con optimismo, con la confianza que da un equipo que cree: «El fútbol tiene estos caprichos y no queda otra que asumirlo e intentar mejorar para la próxima vez», dijo ayer Cazorla. La próxima vez es el Mundial del año que viene. España juega hoy contra Suráfrica, pero ya piensa en junio, en el Mundial 2010, el gran reto de esta generación. Pese a la derrota frente a Estados Unidos, la selección no duda de su personalidad ni de su fútbol. Ha perdido un encuentro de 36. Lidera el ránking FIFA, es campeona de Europa y de los jugadores que ganaron en Viena hace un año, sólo Marcos Senna va a llegar al Mundial algo pasado de años. Del Bosque sabe que con él, con Silva e Iniesta ganar y jugar bien es más sencillo: «Marcos Senna y Andrés Iniesta son importantes. Fueron fundamentales en la conquista de la Eurocopa en Viena. Iniesta trabaja en defensa, crea y fabrica, llega y termina. Es uno de los centrocampistas más completos que hay en el mundo», aseguró ayer el seleccionador. La ausencia de Iniesta es lo que más ha echado de menos el grupo durante esta competición. Sin él y sin Silva, Del Bosque ha decidido cambiar un poco el estilo. Riera ocupó una banda y España intentó jugar algo más vertical, menos paciente. Son cambios que el seleccionador ha hecho por gusto, pero también por necesidad. Del Bosque llegó a la selección con la idea de hacer muy pocos retoques al conjunto que había formado Luis Aragonés, y así sigue. Aunque le gusta más el juego por los extremos, no va a renunciar a la seña de identidad del campeón de Europa. Los siguientes rivales de España antes del sorteo del Mundial en diciembre (Macedonia, Bélgica, Bosnia o Armenia) no van a hacer que España dude de su poderío. Para esas fechas, recuperados ya Silva e Iniesta y sin que los jugadores tengan que preocuparse por sus traspasos, España puede olvidar el traspiés de la Confederaciones. Y sólo la aparición estelar de algún futbolista en la Liga de la temporada que viene puede variar el grupo actual. Además, España ya puede jugar sin la tensión de tener que ser invencible ante cualquier rival. Ha comprobado que no es un equipo infalible, aunque sí que es muy bueno. Tan bueno como para soñar con el Mundial.