Cambios climáticos

Otoños y primaveras más largas junto a la sequía ponen en riesgo el ecosistema del Mediterráneo

La Razón
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La primavera y el otoño son cada vez más largos debido al cambio climático y los árboles de hoja caduca prolongan también su periodo de actividad, un hecho que, junto a la escasez de agua, agravará la situación medioambiental en el área mediterránea, según un estudio de investigadores del CSIC y la UAB publicado en la revista «Science».

 En los últimos 50 años, sobre todo a partir de la década de los setenta, se ha comprobado que, debido al calentamiento, la primavera llega antes y el otoño acaba más tarde, una situación que está generando que las hojas de muchas especies de árboles broten más pronto y, por el contrario, caigan tardíamente.

Sin embargo, el estudio señala que aunque «estos cambios pueden ser positivos –la hojas verdes aumentan así su labor de «secuestro» de CO2 por la fotosíntesis, lo que reduce los gases de efecto invernadero–, esta situación sería contraproducente en la cuenca mediterránea, debido a la escasez de agua. Cuando las plantas captan CO2, dice el informe, expulsan agua en forma de vapor, por lo que un requisito indispensable para que se dé el proceso de secuestro de dióxido de carbono es la presencia de agua en el subsuelo.

El trabajo explica que en las zonas húmedas, los bosques pueden acumular mucho vapor y se forman nubes que refrescan el ambiente e incrementan las lluvias, lo que a su vez prolonga la vida de las hojas en especies como el fresno o el manzano.

El resultado de todo este proceso es que el clima de estas áreas es más cálido. Además, una presencia prolongada de hojas verdes en las copas de los árboles incrementa a su vez la posibilidad de que el agua del subsuelo disminuya antes, lo que afectará a la ecología del bosque y su pervivencia.