Barajas

Pupita

La Razón
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Parece ser que el etarra con pupita en una costilla ha mejorado en su estado de salud. ¡Qué barbaridad la de la Guardia Civil! Está bien lo de detener a un terrorista con un poco de forcejeo, pero en esta ocasión se han pasado. Los vascos nacionalistas están enfadados, y de verdad. Eso no se hace, señores guardias civiles. Al etarra sorprendido, por mucho que se resista, no se le puede rozar. Sus familiares habrán sufrido lo indecible figurándose al pobre muchacho lamentándose del dolor en el costado. El consejero Azcárraga y el obispo Uriarte se han cargado de razón. Al fin y al cabo, los dos etarras detenidos, el de la pupita y el sanote, sólo han asesinado a dos personas, a dos ecuatorianos a los que se les derrumbó inesperadamente sobre la cabeza uno de los aparcamientos de la T-4 de Barajas. Y ahora se proponían valorar parte del complejo Azca de Madrid, pero sin mala intención. Y llegan los guardias civiles a detenerlos, ellos se resisten, e incumpliendo todas las normas de la buena educación, trincan con violencia a uno de los chicos y le hacen pupa en las costillas. Exijo una investigación a fondo, porque una costilla no se rompe así como así. Para fracturarse una costilla hay que recibir un buen golpe o resbalar en la huída y pegarse un morrón de órdago. Y si se huye es porque otros persiguen, y eso es lo que no se puede tolerar. Si los etarras no quisieron ser detenidos por las buenas y eligieron el camino de la fuga, los guardias civiles no tienen derecho a la persecución, entre otras razones de peso, porque se pone nervioso el perseguido. Hagan la prueba y comprobarán en sus carnes lo que les digo. No es admisible que la Guardia Civil se dedique a poner nerviosos a los etarras que se propone detener. Así, pasa lo que pasa. Tropezones, caídas, golpe en las costillas, pupa, mucha pupa, y el Estado de Derecho que se tambalea. ¿Que volaron un aparcamiento de la T-4? Ya está construído de nuevo. ¿Que murieron dos ecuatorianos y sus familias quedaron destrozadas? También están destrozadas las familias de los etarras presos, según nos ha dicho monseñor Uriarte, y al que le toca, le toca. Y lo de Azca no pudieron llevarlo a cabo porque la Guardia Civil, sin encomendarse a nadie, sin anunciarlo previamente, decide actuar y los detiene. Y uno de los detenidos se hace pupa. No hay derecho, señor Azcárraga. No hay derecho, monseñor Uriarte. Con unas Fuerzas de Seguridad del Estado obsesionadas por obstaculizar el proceso de paz no se llega a ninguna parte.

El escándalo ha sido mayúsculo, y hasta un parlamentario europeo, un sueco del grupo de los Verdes, ha manifestado su honda preocupación por las malas formas que emplea la Guardia Civil cuando detiene a terroristas y asesinos. España ha quedado fatal a los ojos de ese parlamentario sueco, y estoy que no duermo de la congoja. Afortunadamente, la juventud del gravísmo herido y torturado, ha mandado sobre su lesión, y la pupita está sanando divinamente. Y ahora, claro, lo juzgarán y condenarán a una larga pena. ¡Justicia politizada! ¡Rubalcaba, dimisión! Esto ha sido muy gordo. Pobre chico.