Cuando las posiciones están tan claras, los argumentos tan remachados, y los líderes tan escuchados..., pues resulta una sesión de control que da para lo que da: para nada más que para pujar por un titular de alguna página o un corte de algún «boletín». Si Mariano Rajoy resultó tedioso y desganado cuando le preguntó ayer a Zapatero por sus medidas económicas y por la política fiscal para las clases medias, qué decirles de un Zapatero que tiró de manual para pedir al PP que se sumara al Gobierno en la salida de la crisis... Un bla, bla, bla que bien nos podíamos haber ahorrado tras el Debate de la Nación, de las propuestas de resolución y de los cuatro millones de parados que viven sin noticias de La Moncloa.

Dicho esto, sepan que Zapatero, por enésima vez, llamó a todos los Grupos para salir de la crisis y diseñar un nuevo modelo productivo, como si éste se creara de hoy para mañana en una asamblea política. El presidente se dirigió con especial ímpetu al líder del PP para decirle que se uniera a la tarea: «Súmese a ese trabajo, deje de mirar al pasado y piense alguna vez en el futuro», le dijo. El de ayer fue otro de los rifirrafes entre Zapatero y Rajoy que ya empiezan a ser cansinos. «Cuantos más anuncios, más rectificaciones, más improvisaciones y más titulares, más caos y más aumenta el desempleo», le respondió Rajoy.

 «La sensación que da –insistió– es que lo único que pretende es salir del paso y hacer anuncios que duren tres días». No dio para más. Hasta que no pasen las europeas, esto no da mucho más. Y después, quién sabe.