Desempleo juvenil

Sarkozy reconquista los suburbios

Los conflictivos barrios periféricos de las grandes ciudades francesas (las banlieues) tienen sus horas contadas.

La Razón
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PARÍS- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, presentó ayer un plan para revitalizar esos barrios sin ley y donde la esperanza escasea para sus habitantes. Donde se concentran pobreza, delincuencia, marginalidad y un índice de paro juvenil que supera el 30% y donde germinaron las violentas revueltas contra el Estado de noviembre de 2005.

En su intervención en el Elíseo recalcó que no se trata de un enésimo programa de medidas económicas para la renovación urbana sino de un proyecto centrado en las personas que las habitan. En estas zonas deprimidas se concentran numerosos guetos étnicos, segundas y terceras generaciones de franceses de origen inmigrante y en ellas reina la ley de la calle contra la que Sarkozy prometió «una lucha sin cuartel». «Son los traficantes los que explotan la miseria y la pobreza», dijo el dirigente galo al anunciar un importante refuerzo policial.

Pero además de la inyección que el Gobierno realizará en materia de transportes para comunicarlos mejor dichos suburbios, una de las principales apuestas consiste en dar la oportunidad de «salir adelante a quien quiera acogerse a ella».

El Estado ayudará «al que quiera trabajar» pero «no hará nada» por el que no demuestre su voluntad, sentenció el presidente galo. Es el fin de la política asistencialista que ha prevalecido en las últimas décadas y que tan pocos resultados ha dado frente a la «igualdad de oportunidades» que propugna Sarkozy.

Este plan quiere abrir las puertas del mercado laboral a esos jóvenes mediante un «contrato de autonomía» que dará derecho a formación profesional y encarrilar en el sistema de enseñanza a quien lo hubiera abandonado y deseara continuar.

Sarkozy defendió nuevamente una Francia multicolor, «de la diversidad», pero donde el extranjero «respeta las costumbres» y donde no tienen cabida ni el velo islámico, ni las bodas forzadas, ni prácticas como la ablación o la poligamia.