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Cerco a Giuliani, el hombre que sabe todo de Trump

El “impeachment” al presidente ha colocado en el centro de la trama del “Ucraniagate” al exalcalde de Nueva York. La Justicia de EE UU cita a varios colaboradores del abogado personal del magnate en busca de pruebas que le incriminen.

FILE PHOTO: Giuliani delivers remarks before Trump rallies with supporters in Council Bluff
El abogado personal de Trump, Rudy GiulianiJonathan ErnstReuters

Los demócratas del Congreso de EE UU, como perros de presa, ha olido sangre y no están dispuestos a soltar la presa. Comenzaron titubeantes el proceso de "impeachment" contra Donald Trump, conscientes de que lo tenían perdido ya que la mayoría republicana en el Senado -salvo algún terremoto político imprevisible- bloqueará ir más allá en la investigación al presidente. Pero conforme se han desarrollado los acontecimientos, según han ido sucediéndose los testimonios ante el Comité de Inteligencia encargado del caso, se ha hecho evidente que, si bien no pueden tumbar al mandatario, sí han conseguido abrir una herida y no están dispuestos a dejar que cicatrice.

Las comparecencias de las dos pasadas semanas han puesto al descubierto las presiones a las que el entorno de Trump ha sometido a los testigos de la conversación con Vladimir Zelenski, presidente de Ucrania, para que investigara al hijo de su rival Joe Biden a cambio de ayuda militar por valor de 400 millones de dólares. Unos se negaron a testificar; los que lo hicieron, coincidieron en que la presión, el chantaje casi, existieron.

La ex embajadora de EE UU para Ucrania, Marie Yovanovitch; el embajador estadounidense para la UE -y magnánimo donante en la campaña de Trump-, Gordon Sondland; el oficial de la Armada Alexander Vindman... Todos han refutado la versión de la Casa Blanca y, además, han implicado al círculo más próximo del presidente, incluidos sus dos hombres de máxima confianza: el secretario de Estado, Mike Pompeo, y su abogado personal, Rudy Giuliani.

El primero ya medita abandonar el cargo para presentar su candidatura al Senado por Kansas; una salida de emergencia cuya puerta abrió el pasado fin de semana el propio Trump. El segundo, Giuliani, ha sido acusado de crear una diplomacia paralela en el "Ucraniagate" y de jugar un papel protagonista en las presiones a Zelenski.

Giuliani, experto abogado y veterano político, conoce como nadie el terreno que pisa y también todos los secretos del presidente, al que ha sacado de los últimos apuros. Ha dicho una y mil veces que no teme ser procesado por este caso, y hasta ahora había sido considerado intocable. Pero algo parece moverse bajo sus pies, después de que se haya hecho público que la Justicia no está dispuesta a pasar nada por alto.

El FBI y la Fiscalía federal de Manhattan han citado a declarar a varios colaboradores del letrado y exalcalde de Nueva York, según han informado "The Wall Street Journal" y "The Washington Post". Las citaciones a esos socios son un indicio de que los fiscales podrían estar investigando al propio Giuliani, el arquitecto de las presiones de Trump a Ucrania.

Dos socios de Giuliani, Lev Parnas e Igor Fruman, ya afrontan cargos de violación de leyes de campaña, pero las nuevas citaciones apuntan a una investigación federal más amplia, que podría afectar al abogado de Trump e incluir cargos de lavado de dinero y obstrucción de Justicia, dos vías distintas de llegar hasta el hombre más cercano al presidente.

Nuevas pruebas, nuevos testigos

Todo esto se ha conocido coincidiendo con el anuncio del presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, el demócrata Adam Schiff, de que está elaborando un informe que sería la base del posible "impeachment". Lo quiere tener listo antes de Navidad, para que el Comité Judicial decida posteriormente si redacta los llamados artículos para el juicio político o cargos contra Trump, con el fin de que el pleno de la Cámara Baja vote después para aprobarlos y dar paso a un proceso de destitución que se celebraría en el Senado, informa Efe.

Schiff aseguró en una carta que, desde que comenzara la investigación, su comité ha recopilado "una cantidad masiva de pruebas" sobre el presunto abuso de poder e "intenciones corruptas" del presidente. "Las pruebas demuestran de forma concluyente que el presidente Trump condicionó actos oficiales -una reunión en la Casa Blanca que el nuevo presidente ucraniano deseaba desesperadamente y ayuda militar estadounidense crucial- al hecho de que Ucrania anunciara investigaciones políticamente motivadas que ayudarían a la campaña de reelección" del mandatario, resumió Schiff.

Schiff insinúa también que el veto de la Casa Blanca a la comparecencia de algunos testigos clave en la investigación, como el jefe de gabinete Mick Mulvaney o el exasesor de seguridad nacional John Bolton, puede dar pie a otro cargo contra Trump. "Catalogaremos los casos de no cumplimiento con citaciones judiciales en nuestro informe al Comité Judicial, para que puedan considerar si debe haber un artículo de juicio político basado en la obstrucción del Congreso, además de los relacionados con las negligencias" del presidente, explicó el congresista.

Para dar una dosis extra de morbo al caso, este pasado lunes, una juez federal decidió que el exabogado de la Casa Blanca Don McGahn debe cumplir con la citación judicial que le exige testificar ante los investigadores de la Cámara Baja, e invalidó el argumento de Trump de que ese letrado es "inmune" a las órdenes legislativas gracias a sus lazos con la rama ejecutiva.

Aunque se espera que el Departamento de Justicia de EE UU apele la decisión, los demócratas están ahora un paso más cerca de contar con un testigo clave para incluir en su investigación cargos que no están relacionados con Ucrania, sino con la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la llamada trama rusa.

La Cámara Baja está investigando si Trump mintió a Mueller cuando negó en una declaración escrita haber hablado sobre la plataforma WikiLeaks con su amigo Roger Stone, y a los demócratas les gustaría programar una audiencia pública con McGahn sobre el tema.