Irán-EE UU: Desconfianza mutua

Se veía venir la situación o, al menos, era evidente el deterioro que existía en las relaciones entre EE UU e Irán desde que se abandonaron parte de los acuerdos en el tema nuclear. La acción de la Administración Trump en la muerte Qasem Suleimani ha venido a agravar todavía más la situación. La respuesta de Irán ha sido limitada y deja suficiente margen para que no se produzca una escalada incontrolable. Así parece haberlo entendido el presidente de EE UU. Pero la controversia no se ha resuelto y las posiciones de una y otra parte siguen inamovibles. Cualquier equivocación podría provocar males mayores y, por lo tanto, no estamos en un contexto favorable para que se garantice la paz y la seguridad en la región.

La crisis continúa y, en consecuencia, todavía hay tiempo para que se explore la vía diplomática aunque parezca todo lo contrario. La desconfianza mutua viene de largo y, desde la crisis de rehenes, al hilo del triunfo de la revolución iraní, las relaciones entre los dos Estados apenas han encontrado sosiego. La muerte de Suleimani no aporta ninguna solución y lo único que hace es sumar más agravios en el pensamiento iraní. Oriente Medio es un polvorín en el que, en cualquier momento, se puede producir una escalada de violencia interestatal. Las negociaciones es el camino para resolver los conflictos. Puede ser bastante peligroso no atender a las alarmas que han saltado en esta ocasión.