Putin
Mijail Mishustin, la nueva sombra de Putin
El Parlamento ruso avala al nuevo primer ministro Mijail Mishustin, un funcionario con fama de eficaz, se compromete a lanzar un programa de reformas para aplacar el malestar ciudadano
La Duma de Estado dio ayer el visto bueno a la candidatura de Mijail Mishustin presentada por el presidente ruso para el cargo de primer ministro. La votación culminó con 383 votos a favor y ningún en contra, aunque 41 diputados del Partido Comunista se abstuvieron.
En su discurso antes de la votación, Mishustin adelantó un programa de reformas de la adminstración pública y de la iniciativa privada para beneficiar a los empresarios. También prometió sacar adelante los estancados proyectos federales en materia económica y social que no pudieron ser ejecutados por el anterior Gabinete hasta convertirse en una carga insoportable. En varios encuentros separados con los distintos grupos parlamentarios, el primer ministro avanzó «cambios estructurales» y «sustanciales» en el Gobierno.
Mishustin, de 53 años, se formó como ingeniero. Lleva diez años al frente del Servicio Tributario de Rusia. En los años 90 trabajó en una compañía que se dedicaba a la atracción de tecnología de la información al país. Empezó como funcionario en 1998 en calidad de asesor y luego de adjunto del jefe de este servicio. De 1999 a 2004, trabajó como viceministro de Impuestos y Gravámenes, dirigió la Agencia Federal de Catastro de Bienes Raíces. En 2007 y 2008, Mishustin encabezó la Agencia Federal para la Gestión de Zonas Económicas Especiales. En 2008 probó suerte en los negocios. Fue presidente de un grupo de empresas que se dedicaban a la gestión de activos, inversión directa y fondos mutuos.
Es un aficionado a hockey y jugador activo de este deporte, igual que Putin. Ha sido visto a menudo en partidos de hockey con altos funcionarios del Servicio de Seguridad y el Ministerio del Interior. En 2011 se convirtió entre los tres funcionarios más ricos del país. Según la prensa rusa, la designación de Mishustin como nuevo primer ministro fue una sorpresa tanto para los altos funcionarios como para el propio jefe del servicio tributario.
Se conoce a Mishustin como un técnico eficaz que siendo jefe del Servicio Federal Tributario digitalizó el sistema de pago de impuestos de manera que se hizo cómodo tanto para estado como para contribuyente. Para el presidente de la Duma, el nuevo primer ministro es un profesional que «desde cero creó un servicio de impuestos con el uso de tecnologías modernas y la economía digital». La oposición por su parte le afea que los hijos del «patriota» Mishustin estudian en Suiza, mientras que Alexei Navalny le pidió explicaciones sobre cómo la esposa del nuevo primer ministro ganó unos 800 millones de rublos (casi 13 millones de dólares) en nueve años.
Un oscuro personaje
Un oscuro personaje en la política rusa que ni siquiera figuraba entre analistas políticos como posible sucesor al cargo de primer ministro, aunque ahora la élite del país se da cuenta de que Mishustin resultó ser el más eficaz de todos los jefes de organismos federales. Desde 2014, la recaudación de impuestos en Rusia ha aumentado en hasta 30% cada año, un indicador impresionante frente otros ministerios.
Al parecer Putin simpatiza con la profesionalidad, la serenidad y la confianza de Mishustin, que silenciosamente, año a año, sin declaraciones llamativas ni aspavientos en público ha logrado excelentes resultados para la hacienda pública. Quizá ahora el nuevo jefe del Gobierno ruso tenga la oportunidad de ganar la aprobación del pueblo de la que ninguno de los primeros ministros rusos jamás ha gozado.
Empresarios y colegas de Mishustin destacan que pudo sentar una buena base de cooperación con las autoridades fiscales internacionales, además estableció un diálogo con la clase empresarial. Por fin, señalan los expertos, el Gobierno ruso estará encabezado por una persona capaz de obtener resultados. Altos funcionarios y politólogos caracterizan al primer ministro como una persona que sabe encajar la critica y corregir sus errores.
Es un técnócrata que nunca aspiró a ser un «pez gordo» del sistema, que llevó acabo sus tareas con diligencia. Mishustin tiene una sorprendente combinación de persuasión, razonamiento y exigencia en sus decisiones, aseguran parlamentarios que le conocen. Los expertos ven importante que el jefe del Gobierno sea una persona que no solo pueda recaudar impuestos, sino también construir un sistema moderno de gestión de las finanzas del país. Aseguran que Mishustin es un buen tecnócrata y gerente que no juega en los juegos políticos, al menos hasta ahora. El tiempo dirá.
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