Alemania

La CDU acelera la sucesión de Angela Merkel

Tras el severo retroceso en Hamburgo, los democristianos alemanes celebrarán el 25 de abril un congreso extraordinario para designar un presidente que lidiará con la crisis del «cordón sanitario» contra la ultraderecha

CDU board meeting in Berlin
La líder interina de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, adelanta al 25 de abril el congreso para elegir a su sucesora/REUTERSMICHELE TANTUSSIReuters

Cuando el pasado 10 de febrero Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) anunció su dimisión como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) se refirió a un relevo ordenado. Un plan que permitiera definir en los próximos mes al próximo candidato a la Cancillería y que este fuera ratificado como tal y como nuevo líder del partido de Angela Merkel en un congreso federal a celebrar en diciembre. Algunos analistas alemanes se preguntan este lunes si este fue solo un deseo piadoso o si realmente lo llegó a creer, sin tener en cuenta en ambos casos la realidad política. Dos semanas después solo hay una cosa segura: la también conocida como AKK volvió a fallar. Los acontecimientos en Turingia pero, sobre todo, la debacle electoral en las elecciones regionales de Hamburgo del pasado domingo han dejado patente que el tiempo para la CDU se agota y que si quieren remontar, lo tiene que hacer cuanto antes. Ayer, en plena crisis de identidad y apenas un día después de la derrota en las urnas, las CDU decidió que el 25 de abril celebrará un congreso extraordinario para elegir a su nuevo líder y a la persona que suceda a Merkel en 2021, siempre y cuando al canciller llegue a completar el total de la legislatura.

“La elección del nuevo presidente o presidenta” debe mandar la “clara señal” de que esa persona será también el “candidato o candidata a la Cancillería” de la CDU, subrayó AKK, tras la reunión de la dirección del partido, que analizó los malos resultados cosechados este domingo en Hamburgo, donde obtuvieron sus peores resultados históricos y quedaron como tercera fuerza, lo que les relega a la oposición. En vista del contexto, la decisión de quién será candidato a la cancillería podría postergarse hasta finales de año.

De momento, hay un candidato oficial, Norbert Röttgen, y tres oficiosos: el ministro de Sanidad, Jens Spahn; el jefe del Ejecutivo en Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet y el ex portavoz parlamentario Friedrich Merz. Para la presidencia interna, la CDU podría elegir entre dos partidarios de un golpe de timón a la derecha, que rompa con la política centrista de Angela Merkel, con la esperanza de recuperar a los votantes tentados por la ultraderechista AfD, y dos dirigentes moderados.

Entre los favorables a la derechización se cuentan Fredrich Merz, un viejo enemigo de Merkel y Jens Spahn, estrella emergente del partido. Dentro de los moderados, destacan Armin Laschet, un líder regional, así como un invitado de última hora, el ex ministro de medioambiente Norbert Röttgen.

La CDU se encuentra sumida en una crisis desde que el partido en Turingia votó a un jefe de Gobierno liberal junto a la ultraderecha, rompiendo el cordón sanitario que se había impuesto a Alternativa para Alemania (AfD) y contradiciendo la normativa interna de la formación. El terremoto posterior se llevó por delante al jefe de la CDU en Turingia, Mike Mohring, pero también a AKK, delfín de Merkel, que fue incapaz de reencauzar la crisis y unificar al partido.

Con todo, el partido conservador se enfrenta a una crisis sin precedentes en torno a qué posición adoptar frente a las agrupaciones de extrema derecha y extrema izquierda, y cuya decisión definirá el futuro de este partido, que ha dominado la vida política alemana durante más de 70 años y que, por primera vez, asiste atónito al desgaste de su base electoral. De hecho, la última encuenta de intención de voto apenas recoge el 27% para el partido de Merkel, contra el 23% para los Verdes y el 14% para la extrema derecha.

El problema al que se enfrenta la CDU, más allá de la elección de sus líderes, es definir su perfil en un paisaje político cada vez más fragmentado y en el que es muy difícil constituir mayorías propias para gobernar sin alianzas. Entretanto la prensa germana no escatima los comentarios sarcásticos. La revista "Der Spiegel" hizo alusión a un proceso de "autodestrucción de la CDU" y evocó un "partido sin dirección ni estrategia" y el periódico "Bild" escribió que es un "partido fuera de control".

Todo apunta a que AKK deje la dirección del partido tras un reguero de objetivos incumplidos. Algo que ya pronosticó la prensa alemana que, en numerosas ocasiones, receló sobre su prometida fórmula de relevo ordenado. Ahora, con este fin precipitado al frente del partido, muchos se preguntan por el devenir de la Gran Coalición y de que, en caso de que el elegido para la nueva presidencia no sea afín a la línea de la canciller, se pueda poner fin a la alianza con los socialdemócratas.