Desescalada
El Supremo de Wisconsin tumba el confinamiento
Sentencia pionera en EE UU: los políticos no deben tener la última palabra. Miles de personas salen a las calles a celebrarlo
El Tribunal Supremo de Wisconsin decretó esta semana que el gobernador del Estado no tiene autoridad para mantener el confinamiento de la población ni perseverar en el cierre de negocios. No de forma casi indefinida. La resolución de los jueces, con cuatro votos a favor y tres en contra, respondía así a una demanda de la oposición republicana. Básicamente los jueces recordaron que la última palabra respecto al mantenimiento de medidas tan lesivas debe corresponderle a los tribunales, encargados de supervisar y, en caso necesario, podar unas facultades y medidas a todas luces extraordinarios. De lo contrario, y con la excusa de que estos son tiempos de emergencia, los políticos podrían cometer «abusos extraordinarios» contra la libertad y los derechos de la ciudadanía. Eso independientemente de las advertencias que día tras días dan los expertos sanitarios.
Según explicó el «Milwaukee Journal Sentinel», se trata de la primera vez en que un tribunal local tumba las órdenes de confinamiento dictadas durante la pandemia. El periódico también invitaba al gobernador y la Cámara estatal a dejar de lado sus diferencias para tratar de coordinar una respuesta a la crisis que no sea sospechosa de atentar contra los derechos constitucionales ni deje de la responsabilidad última en manos de unos asesores científicos o que no han sido elegidos por los ciudadanos ni investidos de ningún tipo de poder legislativo. Es una pelea repetida en muchos estados.
“Somos el salvaje oeste”
Se lo recordaba el presentador de la NBC Ali Velshi, al gobernador de Wisconsin, Tony Evers. En caso de una pandemia los jueces afirman que el gobernador no puede confiar en extender de forma indefinida sus poderes. Evers respondió que los jueces no habían decidido basándose en los hechos. «Lo triste del asunto», añadió, «es que hemos trabajado en todo lo que era necesario y hemos hecho progresos, y lamentablemente esta decisión nos empuja al caos». Cuando Velshi le preguntó por la situación a partir de este momento, Evers fue explícito. «Somos el salvaje oeste. No hay restricciones en Wisconsin. La Tavern League ha enviado un email a sus afiliados diciendo ‘‘Estamos abiertos esta noche’’. De modo que no hay reglas, no hay nada que le diga a la gente lo que tiene que hacer. La gente de Wisconsin es inteligente, y hará lo posible para seguir segura, pero cuando no tienes ordenanzas es un problema, y veremos más casos, más muertes, es un momento triste para el estado».
El gobernador citó una encuesta reciente, que concede un 69% de apoyo a su gestión durante la crisis. A diferencia de otros estados, donde de momento la epidemia apenas si ha rozado, Wisconsin no es un territorio libre del coronavirus. Está lejos de los números brutales de estados como Nueva York, pero acumula ya 10.611 positivos y 418 muertes.
Cervezas por mascarillas
El pandemonium de reacciones en todo el estado generó una inmensa confusión de medidas contrapuestas, con los distintos condados y ciudades decretando sus propias reglas mientras las multitudes se hacían selfis en los bares y los parroquianos jaleaban el final del encierro cambiando las odiadas mascarillas por las cervezas.
El presidente Trump, firme defensor del desconfinamiento, saludó lo ocurrido sin olvidar felicitar al republicano Tom Tiffany por revalidar su escaño. «El Gran Estado de Wisconsin», escribió Trump en Twitter, «hogar de la gran victoria del Congreso de Tom Tiffany, acaba de lograr otra victoria. Los tribunales han obligado a su gobernador demócrata a dejar que el Estado se abriera. La gente quiere seguir con sus vidas. ¡El lugar bulle!».
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