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Ginebra adopta un salario mínimo de 3.865 euros

El cantón suiza duplica el más alto del mundo, el de Australia con 11 euros por hora

Una mujer pasa en Ginebra junto a un cartel a favor de limitar la inmigración de ciudadanos de la UE en Suiza
Una mujer pasa en Ginebra junto a un cartel a favor de limitar la inmigración de ciudadanos de la UE en SuizaSALVATORE DI NOLFIEFE

Los habitantes de Ginebra votaron el domingo a favor de un salario mínimo de 23 francos suizos (21 euros) por hora para todos los que trabajan en la ciudad, que es uno de los más altos del mundo.

El salario mínimo garantizado, que por lo tanto será de 4.160 francos suizos al mes por 42 horas de trabajo a la semana, (3.865 euros) sigue siendo una rareza en Suiza. Ginebra es solo el tercer cantón -de 26- que lo adopta, después del Jura y Neuchâtel.

Según datos de la OCDE, casi duplica el salario mínimo nacional más alto del mundo, el de Australia, con unos 11 euros la hora.

En 2014, los votantes suizos votaron en contra de la introducción de un salario mínimo para toda la confederación. Hicieron falta tres intentos en Ginebra para convencer finalmente al 58% del electorado, según los resultados finales publicados el domingo.

Los partidos de izquierda y los sindicatos habían presentado la medida como un medio para luchar contra la pobreza y la precariedad.

La pandemia de covid-19 está golpeando con fuerza en una ciudad que depende en gran medida del turismo, los viajes de negocios y las idas y venidas de miles de diplomáticos, expertos y otros altos funcionarios que visitan los numerosos organismos de Naciones Unidas con sede en la ciudad.

La pobreza es cada vez más visible. No es raro ver largas colas para la distribución de alimentos y otras necesidades básicas.

Los sindicatos presentaron la medida también como un tributo a los trabajadores esenciales más pobres, que han mantenido los servicios básicos durante los momentos más complicados del confinamiento y las restricciones por la pandemia.

Argumentaban que el creciente número de trabajadores pobres, obligados a pedir ayudas para sobrevivir, tenía un alto coste para las arcas públicas.

La patronal estaba en contra asegurando que ya había medidas suficientes como el diálogo social y las medidas contra el ‘dumping’ salarial, la práctica de poner salarios cada vez más bajos El Consejo de Estado y la derecha criticaron que esta medida rompería el pacto social.

Para el Consejo de Estado esta medida traería más inconvenientes que ventajas y cree que gran parte del éxito del mercado laboral suizo reside en la flexibilidad del mercado laboral y el libre comercio.

A nivel federal los suizos también han votado en referéndum seguir permitiendo la libre circulación de ciudadanos europeos o extender el permiso de paternidad a dos semanas, que hasta ahora era de solo unos días.