Oriente Medio
Saad Hariri, al rescate de Líbano un año después de dimitir por la ola de protestas
El político aspira a volver a ser elegido primer ministro para hacer frente a la parálisis institucional y la crisis económica que azota al país del Cedro
Saad Hariri ha vuelto a la escena política libanesa tras anunciar en un programa de televisión el jueves por la noche que se presentará nuevamente a candidato a primer ministro. Hariri se presenta como la última oportunidad para sacar al país adelante, antes de que acabe de hundirse por la crisis económica y política.
El próximo 15 de octubre se reanudarán las conversaciones de alto nivel con el presidente del país, Michel Aoun, para designar al próximo primer ministro. Si Hariri sale reelegido, se le encomendará la ardua tarea de formar un Gobierno tecnopolítico compuesto por 14 especialistas y seis ministros de Estado, algo que no consiguió su antecesor, Mustafa Adib, que dimitió el 27 de septiembre.
Las rivalidades políticas han bloqueado hasta la fecha la creación del nuevo Ejecutivo tras la dimisión en bloque del Gobierno de Hassan Diab después de varios días de protestas violentas por la indignación ciudadana por la explosión del puerto de Beirut el 4 de agosto. El escollo que bloqueó la formación del gobierno fue el reparto de la cartera de Finanzas, que históricamente ha ocupado el partido milicia Hizbulá y su socio chií, el partido Amal.
“Hay tres proyectos en el país: el de Hizbulá y el Movimiento Amal, que está vinculado con fuerzas extranjeras, otro que quiere sacar a Líbano de la crisis y trabajar de acuerdo con el principio Líbano primero, y hay un tercero representado por los que apuestan de más y han llevado al país a su estado actual”, dijo Hariri en la entrevista a la televisión libanesa.
El anuncio de Hariri tuvo una respuesta contundente del Partido de Dios, que advirtió de que su grupo no permitirá un cambio en la balanza de poder. “Hizbulá va a adoptar una posición más agresiva sobre la iniciativa francesa”, advirtió Naim Qassem, parlamentario de esta formación, antes de agregar que ahora “no es el momento de cambiar el equilibrio de poder”.
La formación de un Gobierno independiente es la condición que puso el presidente francés, Emmanuel Macron, para poder entregar las ayudas internacionales para la reconstrucción del centro de Beirut, después de que más de 300.000 libaneses perdieran su hogar por la tragedia del puerto. La falta de voluntad política que han demostrado tener las autoridades libanesas ha desesperado a Macron, que lleva más de un mes presionando para la formación del Gobierno.
Para apretar un poco más las tuercas, el presidente galo anunció recientemente que pospondrá la reunión de donantes para Líbano, prevista para finales de octubre al mes noviembre, porque habían fracasado en la misión de formar un Gobierno.
La candidatura de Hariri llega exactamente una semana antes de que se celebre el primer aniversario de la Revolución del 17 de Octubre, las protestas sociales más masivas que se recuerdan en décadas y que, precisamente, llevaron a Hariri y a su Gobierno a dimitir en bloque dos semanas después. Desde entonces, el país del Cedro ha caído en una espiral de inestabilidad económica y política. La libra libanesa ha perdido cerca del 90% de su valor frente al dólar y en menos de un año han caído dos Gobiernos y tres primeros ministros han presentado su dimisión. Para postre llegó la explosión del puerto de Beirut que puso a Líbano al limite.
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