Represión en Rusia

Navalni teme padecer tuberculosis

El opositor ruso encarcelado exige la visita de un médico al presentar síntomas de tos y fiebre

El opositor ruso Alexei Navalni, de 44 años, ya forma parte de la lista de habitantes de la Colonia Correccional Nº2 (IK-2 en ruso) de Pokrov
El opositor ruso Alexei Navalni, de 44 años, ya forma parte de la lista de habitantes de la Colonia Correccional Nº2 (IK-2 en ruso) de PokrovErnest MezakAgencia EFE

El opositor ruso Alexei Navalni,en huelga de hambre en prisión desde el pasado 31 de marzo, ha asegurado que tiene tos y fiebre y ha exigido que pueda ser visitado por un médico de confianza.

La cuenta de Instagram del propio Navalni ha informado de estos síntomas y ha denunciado que tres de los compañeros de celda de Navalni han tenido que ser hospitalizados por tuberculosis.

Navalni, de 44 años, ha denunciado que los médicos de la cárcel IK-2 (cerca de Moscú), donde se encuentra cumpliendo una pena que el opositor ha denunciado como una mera persecución política, están ignorando un fuerte dolor que padece en la espalda y que se ha extendido a sus piernas. Asimismo también ha acusado a los guardias de despertarle cada hora para interrumpir su sueño.

Antes de que comenzar la huelga de hambre, Navalni había perdido ya ocho kilos, hasta los 85, y su entorno ha alertado de que podría sufrir “graves consecuencias, entre ellas el coma o incluso la muerte”, en palabras de su aliado Sergei Riabkov, director adjunto de la Alianza de Doctores, un sindicato respaldado por el disidente.

Por su parte, el Servicio Federal Penitenciario (FSIN) ha negado que Navalni no esté recibiendo la atención adecuada y ha asegurado que cuenta con “la asistencia médica necesaria de acuerdo con sus problemas médicos actuales”, según declaraciones publicadas la semana pasada por la agencia de noticias Sputnik.

A su vez, ha rechazado las acusaciones de “torturas” a las que hace referencia Navalni con asiduidad y que le estén “privando del sueño”, explicando que Navalni está preso por incumplir la libertad condicional por viajar a Alemania para recuperarse de un envenenamiento sufrido el año pasado en Siberia del que acusa al presidente ruso, Vladimir Putin. El Gobierno ruso niega responsabilidad alguna en su envenenamiento.