Declaración histórica

Biden desafía a Turquía al reconocer el genocidio armenio

El presidente estadounidense, Joe Biden, describió este sábado como “genocidio” la matanza de 1,5 millones de armenios

El presidente Joe Biden
El presidente Joe BidenYuri Gripas / POOLEFE

Coincidiendo con el 106º aniversario del conocido como «holocausto armenio» y rompiendo con la línea política de actuación de sus predecesores, el presidente Joe Biden declaró que las matanzas de los armenios en el Imperio Otomano en 1915, durante la Primera Guerra Mundial, constituyeron un genocidio. «El pueblo estadounidense honra a todos los armenios que murieron en el genocidio que comenzó hoy hace 106 años», publicó el presidente Biden en un comunicado.

«A lo largo de las décadas, los inmigrantes armenios han enriquecido a Estados Unidos de innumerables formas, pero nunca han olvidado la trágica historia», añadió el mandatario.

El presidente de EE UU, antes de lanzar la bomba informativa ayer, contactó por teléfono el viernes por la noche con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para avanzarle sus intenciones antes de la declaración pública. Este sorprendente anuncio forzaba la primera llamada telefónica entre ambos mandatarios desde que Biden tomara posesión de su cargo, en enero. Biden y Erdogan, quien mantenía una relación cercana con el ex presidente Donald Trump, tienen previsto reunirse durante la cumbre de líderes de la OTAN el próximo mes de junio.

Ambos países estarían de acuerdo en la «importancia de trabajar juntos para mejorar la cooperación en temas de interés mutuo», como dieron a conocer desde Ankara, aunque para ello Erdogan enfatizó que era imprescindible resolver el tema de la presencia de EE UU en la organización FETO, a la que Turquía acusa de terroristas y de intento de golpe de estado en 2016, así como terminar con el apoyo del Gobierno estadounidense a las milicias kurdas en Siria, que Erdogan considera parte del PKK.

Las declaraciones de Biden no han sido bien acogidas por el país turco. «Las palabras no pueden cambiar ni reescribir la Historia. No tenemos que aprender nada de nadie respecto a nuestro propio pasado», escribió en Twitter el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, poco después de difundirse el comunicado.

«El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia. Rechazamos completamente esta declaración basada únicamente en el populismo», añadió el jefe de la diplomacia turca, rechazando el uso del término ‘genocidio’ utilizado por el presidente de EE UU para describir las matanzas de armenios en el Imperio otomano en 1915.

A lo largo de la historia, Turquía ha reconocido que muchos armenios murieron en enfrentamientos con las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero siempre ha cuestionado las cifras de víctimas mortales y ha negado que dicha matanza fuera orquestada sistemáticamente y constituyera un genocidio. Se calcula que entre un millón y medio y dos millones de civiles armenios fueron perseguidos y asesinados, entre 1915 y 1923, por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio Otomano.

Turquía acepta que muchos armenios que viven en el Imperio Otomano murieron en enfrentamientos con las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero cuestiona las cifras y niega que los asesinatos fueron orquestados sistemáticamente y constituyen un genocidio.

Sí lo hicieron, sin embargo, una treintena de países del mundo, entre ellos Alemania, Italia y Rusia. La masacre de los armenios había sido reconocida como un genocidio por diversos estados, pero ningún residente de la Casa Blanca se había atrevido a confirmarlo categóricamente. «Honramos su Historia. Vemos ese dolor. Afirmamos la Historia. Hacemos esto no para culpar, sino para asegurar que lo ocurrido nunca se repita», añadió el presidente en su comunicado.

Una declaración histórica alejada del cuidadoso lenguaje empleado hasta ahora por sus predecesores en la Casa Blanca, y que llega en una época de tensión contenida entre Ankara y Washington, con múltiples desacuerdos políticos, podría dañar los lazos establecidos entre ambos aliados de la OTAN.

Esta jugada simbólica contrasta y la tensión contenida de Ankara contrastan con la celebración de la diáspora armenia, que durante décadas ha visto estancarse en el Congreso de EE UU los diversos intentos de reconocimiento del genocidio armenio.

El holocausto armenio es considerado también el primer genocidio moderno de la historia reciente. El Gran Crimen, el genocidio contra el pueblo armenio, fue la deportación forzosa y el mayor intento de exterminio de la cultura armenia.

Con este sorprendente homenaje al pueblo armenio durante el 106 aniversario de la matanza masiva que dio comienzo el 24 de abril de 1915, Biden declaró en un total de dos ocasiones la palabra «genocidio» en su comunicado oficial, cumpliendo así con una de sus promesas electorales de dar respaldo a la diáspora armenia en EE UU tras años de fuertes presiones en la sede del poder legislativo estadounidense.

Con su decisión, Joe Biden quiere demostrar que los derechos humanos serán un pilar de su política exterior, y en su comunicado hizo hincapié en su deseo de «prevenir que ocurran atrocidades en el futuro, en cualquier lugar del mundo».

«No hacemos esto para echar culpas, sino para asegurar que lo que ocurrió no se repita nunca», subrayó el presidente, que usó dos veces la palabra «genocidio» en su comunicado.

Reconocer el genocidio armenio era una promesa electoral de Biden, y hace justo un año, el entonces aspirante presidencial demócrata recalcó la importancia de «llamar a las cosas por su nombre».