Tecnología militar
El futuro caza europeo despega sin el visto bueno del Ejército alemán
Los altos mandos germanos avisan en un informe secreto que Francia tiene un papel predominante en el programa y alertan de que el avión de combate no aporta un “enfoque tecnológico innovador”
El proyecto delavión de combate europeo, en el que participa España, ha despegado pero ya tendrá que superar algunos obstáculos. Expertos de la Bundeswehr (ejército alemán) han expresado en un informe secreto sus dudas sobre la viabilidad del acuerdo suscrito entre los tres países promotores del proyecto, Alemania, Francia y España, para el desarrollo conjunto del caza del futuro, según ha publicado el semanario “Der Spiegel”.
Este proyecto necesita una financiación de 100.000 millones de euros y el objetivo es que en 2040 el nuevo modelo haya sustituido a los aviones de combate franceses Rafale y a los Eurofighter alemanes. La revelación sale a la luz justo cuando el programa para construir el Sistema de Combate Aéreo del Futuro (conocido como el SCAF) entra en una nueva fase que consiste en el desarrollo de un demostrador que, según las primeras previsiones, estará en vuelo para el próximo año 2027.
Los expertos alemanes creen que el acuerdo “no está listo para ser firmado” y que “debe ser renegociado por motivos técnico-económicos”. Consideran que hay un “riesgo significativo” de que la “tecnología crítica” para la fabricación del caza no pueda ser desarrollada a tiempo o no en la escala suficiente para los plazos acordados por los tres países europeos. Asimismo, consideran que no aporta “enfoque tecnológicos innovadores” y podría llegar a suceder que “tecnologías esenciales” para el proyecto “nunca lleguen a estar disponibles o sólo en fases posteriores” y que por eso “no sean financiables”.
Las críticas trascienden lo tecnológico y apuntan también a lo nacional. La Oficina de Aprovisionamiento considera que el acuerdo no satisface los “intereses alemanes” y que “casi exclusivamente se ciñe a las posiciones francesas”. Esto mismo señalaba otro informe interno del Ministerio alemán de Defensa de la semana pasada, que advertía de que el pretendido proyecto insignia de la industria de defensa europea fuese poco más que un “Rafale plus”, en referencia al nombre de los cazas franceses, sufragado con “medios presupuestarios alemanes y españoles”.
Francia y Alemania lanzaron en 2017 el proyecto del Sistema de Combate Aéreo del Futuro con una participación de un 50 % para cada país y la vista puesta en una entrada en servicio a partir de 2040. Se quería evitar que se repitiera la situación de competencia actual entre dos aviones de combate europeos, el Eurofighter de Airbus y el Rafale de Dassault.
España se incorporó en junio de 2019 y se ha convertido en socio con el mismo peso, un tercio del total. Eso rompió el equilibrio entre los dos grupos industriales, ya que Airbus es la empresa líder para el caza tanto de Alemania como de España, mientras Dassault se ha tenido que conformar con reducir su parte a un tercio.
Este avión de combate tendrá visibilidad reducida, un gran alcance de combate y sensores avanzados, características correspondientes a los cazas de quinta generación. Asimismo, se reduce la exposición a las defensas aéreas enemigas. Dependiendo de la cantidad de drones armados involucrados en una operación, el piloto podría manejar un gran “enjambre” de aparatos de forma coordinada.
Merkel y Macron anunciaron recientemente que se había logrado un acuerdo fundamental para el desarrollo del SCAF tras complejas negociaciones que abarcaban de lo político a lo industrial en un programa armamentístico que incluye los cazas que sustituirán a los actuales Eurofighter, pero también muchos otros sistemas complementarios de combate.
Este nuevo sistema de armas de nueva generación es más que un avión de combate y estará compuesto por un Avión de Combate de Nueva Generación, Plataformas Aéreas No Tripuladas y una Nube de Combate diseñada para lograr el dominio de la información. Todo, para “alcanzar la superioridad operativa en entornos muy disputados”, explican los promotores. Se trata de un ambicioso programa que integra tecnologías de última generación (sensores de radar, optrónica, guerra electrónica, conectividad, inteligencia artificial, interoperatividad, propulsión...), lo que “situará a las industrias participantes a la vanguardia de la innovación en el sector de la defensa”.
“El esquema de cooperación acordado ofrece una oportunidad inédita de reforzar las capacidades industriales de los tres países participantes, asegurando la competitividad del nuevo sistema”, explican fuentes de Defensa. Además, el programa “reforzará considerablemente el estatus de Europa” en el sector de la defensa y permitirá a sus tres socios actuar “de forma soberana” en su defensa estratégica, apuntan las tres ministras. Según sostienen, este avance “contribuye directamente a la soberanía y seguridad nacionales y europeas” en el actual contexto internacional, “cada vez más desafiante en el que la superioridad aérea se ve gravemente amenazada por el rápido crecimiento de las amenazas”.
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