Mueren ocho personas tras estrellarse una avioneta contra un edificio cerca de Milán

Ocho personas fallecieron este domingo cuando un avión privado se estrelló a más de 300 kilómetros por hora contra un edificio vacío en la localidad de San Donato, en las afueras de Milán. La Agencia Nacional de Seguridad Aérea ha abierto una investigación para esclarecer las causas del accidente.

La aeronave, un Pilatus PC-12, había despegado poco antes de la 13:00 horas desde una pista privada del aeropuerto milanés de Linate, que se encuentra aproximadamente a unos seis kilómetros de distancia de San Donato. Por causas que aún se desconocen, el avión se precipitó poco después de despegar e impactó contra un edificio vacío cercano a la entrada de una estación de metro. El impacto provocó un fuego que alcanzó varios coches aparcados en los alrededores, pero los bomberos lograron controlar las llamas.

En el accidente perdieron la vida todos los ocupantes. El piloto del avión era el empresario multimillonario rumano Dan Petrescu, de 68 años, que había comprado la aeronave en 2015, según publica la prensa local. Junto a él viajaban su mujer, de 65 años y nacionalidad francesa, y el hijo de ambos de 30 años. Entre los pasajeros también se encontraban un joven rumano, un matrimonio amigo de la familia, su hijo de un año de edad y la abuela del pequeño.

El impacto del accidente y las llamas alarmaron a los vecinos. “Escuché temblar los cristales de mis ventajas. Abrí la ventana y, como en las películas, vi una gran columna de humo que se elevaba”, contó Giuseppe, un joven de 26 años que vive en un edificio enfrente del lugar del accidente. El edificio quedó completamente destruido. El alcalde de San Donato, Andrea Cecchi, confirmó que la estructura, utilizada habitualmente como aparcamiento para vehículos, estaba vacía porque se encontraba en proceso de reestructuración.

Las autoridades italianas investigan los motivos que llevaron al piloto del avión, que se dirigía a Olbia, en la isla italiana de Cerdeña, a perder el control de los mandos y estrellarse contra un edificio minutos después del despegue. “El avión tenía el motor en llamas y cayó abruptamente, sin maniobrar, simplemente se precipitó”, contó un testigo al Corriere della Sera.

Según informa el diario milanés, segundos antes del impacto, el avión registró un mal funcionamiento que le hizo perder altitud, lo que provocó que el piloto aumentara la velocidad, antes de chocar contra el edificio a una velocidad de más de 300 km/h.