Ucrania
La OTAN asegura que Rusia ha enviado 30.000 soldados a Bielorrusia
Stoltenberg asegura que es el mayor despliegue de tropas rusas desde la Guerra Fría
Cuando parecía que la escalada de tensión entre Estados Unidos y Rusia parecía diluirse Washington anunciaba el miércoles el despliegue, casi inmediato, de 3000 soldados en Rumanía, Polonia y Alemania con la excusa de reforzar la defensa de sus aliados ante el esperado ataque ruso contra Ucrania que, por otro lado, Estados Unidos ya no considera tan inminente.
La respuesta de Rusia tardó poco menos de 24 horas en producirse. El portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, que se ha convertido en una cara más que familiar para los medios desde que empezó la crisis, aprovechó la rueda de prensa diaria para pedir a Washington no agravar más la tensión. “Permanentemente llamamos a nuestra contraparte estadounidense a dejar de agravar la tensión en el continente europeo. Pero, lamentablemente, los estadounidenses lo continúan haciendo”, manifestó el hombre de confianza de Vladimir Putin, para quien las recientes declaraciones de Estados Unidos “no son solo provocadoras”, ya que las acciones anunciadas “incrementan la tensión”.
Para Peskov, la preocupación de Rusia está totalmente justificada, como lo estarían las medidas que adopte el Kremlin para garantizar la seguridad del país. El presidente Putin, que ayer se desplazó a China para presenciar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín podría hacer una declaración conjunta con su homólogo chino, Xi Jinping, poniendo en común su punto de vista sobre la seguridad internacional en la situación actual, en contraposición con el posicionamiento de Occidente.
Mientras, el ministro ruso de Defensa, Serguey Shoigu, viajaba a la vecina Bielorrusia para controlar los ejercicios con fuego real en el oeste del país y, de paso, reunirse con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Shoigu anunció que Moscú y Minsk llevarán a cabo más de 20 ejercicios militares conjuntos hasta que finalice el año. El encuentro sirvió para que el titular de Defensa ruso manifestara a Lukashenko su compromiso de apoyo a Bielorrusia en el objetivo común de ambos países de crear un espacio de defensa único dentro de las fronteras de esa unión que fomentan los dos estados.
Para Shoigu, la colaboración mutua que llevará al sistema de defensa común se traducirá en el futuro en ventajas que ya quedaron demostradas durante las recientes protestas en Kazajistán. Bielorrusia, con sus ojos puestos en Moscú, ha expresado últimamente su plena confianza en el Kremlin, a quien considera su único socio fiable, temerosa de que una nueva protesta popular orquestada desde Occidente arrebate el poder al eterno presidente Lukashenko. La maniobra militar, que tendrá lugar entre el 10 y el 20 de febrero, tiene como principal objetivo fortalecer la frontera bielorrusa con la Unión Europea, ya que según su presidente, “la situación se hace tensa”. Asimismo, el líder bielorruso afirmó que su país planea comprar la munición enviada por Rusia para dichas maniobras. Por su parte, el ministro Shoigu dio a conocer imágenes de los primeros ejercicios realizados ayer, que muestran aviones de combate, tanques, paracaidistas y soldados bajando de helicópteros armados y abriendo fuego. Según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Rusia podría desplazar a 30.000 soldados para los ejercicios conjuntos, lo que supondría el mayor despliegue en Bielorrusia desde el final de la Unión Soviética.
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