Desplome en los sondeos

Scholz, contra las cuerdas por el caso «Cum ex»

A la crisis energética y económica se le suman las informaciones sobre un caso de corrupción, mientras las encuestas pronostican una caída de su partido hasta el tercer puesto

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante una reunión con su Gabinete, ayer, en Berlín
El canciller alemán, Olaf Scholz, durante una reunión con su Gabinete, ayer, en BerlínMichael SohnAgencia AP

El canciller de Alemania,Olaf Scholz, está en apuros. La inflación, el precio de la energía disparado y ahora vuelve a la palestra un escándalo de corrupción que se produjo durante su etapa como alcalde de la ciudad-estado de Hamburgo.

Un día después de que la Fiscalía general de Hamburgo asegurase que no veía indicios de que el canciller fuera sospechoso de complicidad en relación a la evasión de impuestos por parte del banco Warburg, ha salido a la luz que los correos electrónicos de Scholz, político del partido socialdemócrata SPD, han sido revisados por encargo de la Fiscalía de Colonia en relación a dicho caso y que, al parecer, se habrían encontrado posibles irregularidades.

Según informaban ayer la televisión pública NDR, el semanario «Stern» y la revista «Manager Magazin», la instrucción del caso habría dado la orden de registrar la correspondencia de la actual jefa del Gabinete de la cancillería de Scholz, Jeanette Schwammberger, correspondiente al periodo en el cual Scholz fue ministro de Finanzas en el Gabinete de la ex canciller Angela Merkel.

Schwammberger habría enviado en abril de 2021 un correo que, según dichos medios, habría sido calificado de «sospechoso» en la investigación, al tratarse de una comunicación sobre «eliminación de datos de la agenda de Scholz». Y es que el actual canciller tuvo ya que declarar en dos ocasiones en una Comisión de Investigación del Senado de Hamburgo en las que se le preguntó sobre el caso de venta y compra de acciones de dicho banco con el fin de evadir impuestos de forma fraudulenta.

Scholz se habría reunido con el jefe de dicha entidad hasta en tres ocasiones con anterioridad a una quita de impuestos que después se declaró como ilegal. El canciller aseguró en la segunda ocasión «no recordar» dicho encuentro y ha explicado a través de un portavoz que no tuvo noticias sobre la comunicación de los datos de su propia agenda.

Según los citados medios, Scholz habría declarado en julio de 2020 que se había encontrado con el jefe del banco, Christian Olearius, y que «solamente oyó su punto de vista» y que hablaron «de muchos temas». Más tarde, Scholz aseguró no acordarse de los tres encuentros, después de los cuales la Hacienda de Hamburgo canceló una deuda de impuestos de 47 millones de euros al banco, que después serían reclamados por el estado cuando se conoció el fraude.

Es por ello que la oposición ha pedido explicaciones al canciller. La vicepresidenta del grupo parlamentario del Partido de la Unión Cristiano-Social (CSU), Andrea Lindholz, reclamaba en el diario «Bild» que «Scholz tiene que poner a disposición de los investigadores sus emails». Algo que ayer se sabía que al parecer, ésos mismos habían solicitado. Según la política, sería necesario que el canciller permitiera también el acceso a sus chats y mensajes privados.

Para más inri, la semana pasada se conocía que un ex alto cargo del SPD, Johannes Kahrs, diputado hasta 2020 y que está siendo investigado en relación al fraude, habría guardado 218.000 euros en efectivo en la caja fuerte de un banco. El escándalo no es cualquier cosa: a través de los así llamados negocios «Cum ex» se produjo el mayor fraude fiscal de la historia de Alemania.

Mediante una rendija legal varios bancos y accionistas se dedicaron a comprar y vender acciones en un corto periodo de tiempo para evitar pagar el alrededor del 25% de impuestos que prevé la ley. Estas transacciones fueron declaradas ilegales en julio de 2021 por el Tribunal Federal Supremo.

La práctica, que no es exclusiva de Alemania, fue descubierta por un equipo de investigación llamado Correctiv y en el caso del Estado alemán se calcula que el fraude asciende a unos 31.800 millones de euros. Según expertos en la materia, este tipo de negocios se continuarían llevando a cabo en otros países europeos como Francia, Italia o España.

Este escándalo, unido al malestar social generado por la inflación y el aumento de los precios de la energía, han llevado a que las encuestas, que en Alemania suelen ser fiables, estén castigando al partido socialdemócrata desde hace semanas. En hasta ocho de dichos barómetros realizados por las principales encuestadoras del país, el SPD cae hasta la segunda e incluso tercera posición.

Los conservadores, al alza

Los Verdes de Die Grüne se mantienen en segundo lugar gracias a la popularidad de sus dos ministros de Exteriores y de Economía y ello a pesar de que el partido está traicionando sus propios principios consintiendo, por ejemplo, la vuelta a la generación de electricidad a través del carbón y barajando aplazar la salida de la energía nuclear o incluso de la autorización de extracciones mediante «fraking».

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La gran beneficiada de esta situación son los conservadores, la alianza electoral de las Uniones cristianas de Alemania (CDU) y de Baviera (CSU). Tras la debacle electoral de septiembre, en la que la coalición obtenía los peores resultados de su historia con alrededor del 19% de los votos y quedaba en segundo lugar tras el SPD, el jefe del partido, Friedrich Merz, puede ahora soñar con alcanzar la cancillería.

Si Scholz cae por ser culpable en el caso de corrupción y hay elecciones pronto, es posible, sin embargo, que un SPD debilitado siga formando coalición con verdes y liberales, ya que aún siguen saliendo las cuentas para una «coalición semáforo».