Elecciones
Dimite la primera ministra de Suecia tras confirmar el recuento la victoria de la derecha
El conservador Kristersson negociará por primera vez con los ultras un acuerdo de coalición tras ocho años de hegemonía socialdemócrata
Suecia aguardaba expectante a que la Autoridad Electoral anunciara este miércoles el resultado final de las elecciones del domingo. Quedaban por contar el voto exterior, las papeletas dudosas y el sufragio por correo que llegó tarde a los colegios electorales. El reñido recuento, con una ventaja de apenas 47.000 votos entre la izquierda (socialdemócratas, verdes, centristas y ex comunistas) y la derecha (conservadores, ultraderecha, cristianodemócratas y liberales) impedía declarar un ganador.
Sin embargo, por la tarde la oposición conservadora, que ya ha iniciado los primeros contactos para formar Gobierno, pudo cantar victoria después de que el recuento les concediera un diputado más frente a sus rivales (176 frente a 173 en un Parlamento de 349 escaños).
Sin esperar a que concluyera el escrutinio, la primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, comparecía para reconocer su derrota y anunciar su dimisión. «Mañana solicitaré mi destitución como primera ministro y la responsabilidad de continuar el proceso pasará al presidente del Parlamento», dijo.
Andersson, que en noviembre pasado se convirtió en la primera mujer al frente del Gobierno en Suecia, anunció que permanecerá en el Parlamento como líder de la oposición y al frente de un Partido Socialdemócrata que, pese a haber vuelto a ganar las elecciones y mejorar su resultado de 2018, abandona el poder tras ocho años.
La desde este jueves primera ministra en funciones, sin embargo, estaría dispuesta a intentar formar una mayoría si la derecha fracasa. «Si resulta que la base prevista por Ulf Kristersson [el líder de la oposicion] no se mantiene unida, entonces, por supuesto, mi puerta está abierta. Nosotros, los socialdemócratas, estamos listos para cooperar con cualquiera que quiera ser parte de la solución a los problemas que enfrenta Suecia».
En medio de su histórica adhesión a la OTAN y a pocos meses de que asume la Presidencia de la UE el 1 de enero, Suecia necesita un Gobierno estable tras años de inestabilidad política.
Kristersson prometió «un Gobierno para toda Suecia y todos los ciudadanos». «Los votantes han dado su opinión. Los moderados y los demás partidos de mi bloque han recibido el mandato de cambio que pedíamos. Ahora estoy comenzando el trabajo de formar un Gobierno nuevo y efectivo», aseguraba en las redes sociales.
Pero el líder del Partido Moderado no tendrá nada fácil alcanzar un pacto con los xenófobos Demócratas Suecos (SD), que, con el 20,5% superaron por primera vez a los conservadores (19,1%) y les arrebataron su puesto como segundo partido del país tras los socialdemócratas (30,4%).
La clave reside en si la extrema derecha exigirá formar parte del Ejecutivo asumiendo las carteras correspondientes o preferirá tener más influencia desde fuera, como hicieron sus colegas daneses del DF, que durante 14 años moldearon la dura política migratoria de sucesivos Gobiernos liberales.
En opinión del analista político Ulf Bjereld, un Gobierno liderado por Kristersson «tendrá que lidiar con tensiones internas muy fuertes y algunos liberales exigirán que empiecen a cooperar con los socialdemócratas». El Partido Liberal, con un 4,6% de los votos, está divido sobre si colaborar con los ultras para llegar al poder y en ningún caso aceptaría sentarse con ellos en el Consejo de Ministros. Los Demócratas Suecos «tienen sus raíces en el neonazismo y los liberales defienden todo lo que SD no defiende», añade Bjereld.
Los futuros cuatro socios de Gobierno mantuvieron por la mañana una reunión discreta en la sede de los moderados en el centro de Estocolmo.
El líder populista, Jimmie Akesson, logra tras doce años en el Parlamento que su partido sea la llave del Gobierno en Suecia. Tanto en 2018 como en 2014, la derecha sumaba más escaños que la izquierda, pero se negaron a llegar al poder de mano de los ultras.
«Es hora de poner a Suecia primero», afirmó Akessson tras señalar que los suecos han pedido un cambio de Gobierno, después de ocho años de «políticas socialdemócratas fracasadas».
“Es hora de comenzar a reconstruir la seguridad pública, el bienestar y la unidad. Los Demócratas de Suecia van a ser una fuerza constructiva y poderosa en este trabajo”, añadía el líder ultraderechista.
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