Acuerdo

Alemania anuncia que ayudará a Ucrania a fabricar misiles de largo alcance

Los proyectiles podrán ser usados para atacar territorio ruso

Por primera vez desde el inicio de la guerra, Alemania ha decidido traspasar una de las «líneas rojas» que hasta ahora se había autoimpuesto este miércoles acordó con Ucrania la fabricación de misiles de largo alcance con capacidad para impactar en territorio ruso. Lo hará no solo con financiación, sino también mediante una cooperación militar-industrial inédita entre ambos países. La firma de un memorándum de entendimiento entre los ministros de Defensa, prevista para esta misma semana, formaliza una alianza de carácter estratégico que va mucho más allá del suministro de armamento. «Ucrania puede así defenderse plenamente, incluso contra objetivos militares fuera de su territorio», afirmó el canciller alemán, Friedrich Merz, en una comparecencia conjunta con Volodimir Zelenski en Berlín. Con estas palabras, el líder conservador evidenció un giro en la política exterior alemana, que hasta ahora se había caracterizado por una prudencia calculada en relación con el armamento de largo alcance.

El cambio de rumbo llega tras semanas de ataques aéreos rusos masivos sobre ciudades ucranianas y en un momento en que la vía diplomática parece, de nuevo, completamente bloqueada. Merz justificó la decisión señalando la falta de voluntad negociadora del Kremlin. «Cualquiera que afirme seriamente que no hemos invertido lo suficiente en diplomacia, en realidad no ha querido tomar nota de las últimas tres semanas», aseguró en referencia a los múltiples intentos europeos de abrir canales de diálogo. En su opinión, Rusia ha respondido con una escalada militar y, por tanto, el aumento de la cooperación armamentística es una consecuencia directa de esa negativa. «Si no dialogan ahora, demostrarán al mundo que no tienen ningún interés serio en negociar», agregó. Asimismo, el Gobierno alemán prometió más apoyo militar a Ucrania por valor de 5.000 millones de euros que se financiarán con fondos ya aprobados por el Bundestag. Aunque Merz evitó ofrecer detalles sobre posibles entregas de misiles «Taurus», sí dejó claro que el compromiso con Ucrania no solo se mantiene, sino que se intensifica. El respaldo alemán se presenta como parte de un esfuerzo coordinado con socios europeos y como un gesto hacia EE UU.

La reacción de Moscú no se hizo esperar. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó al Gobierno alemán de «belicismo» y de querer «prolongar la guerra» con sus decisiones. A su juicio, las iniciativas de Merz «torpedean cualquier intento de solución diplomática» y consolidan el papel de Alemania como actor hostil. No es la primera vez que Moscú responde con este tipo de retórica, pero sí es significativo el tono con el que se pronunció tras el anuncio de cooperación en la producción de misiles. De hecho y en paralelo al anuncio, Merz y Zelenski escenificaron una ampliación de las relaciones bilaterales que busca extenderse al terreno económico. «Queremos liberar el potencial conjunto en los sectores de energía, infraestructura, agricultura, tecnología médica y construcción», señaló el canciller.

Por primera vez en años, se llevarán a cabo consultas gubernamentales bilaterales entre Berlín y Kiev, un formato reservado tradicionalmente a socios estratégicos como Francia o Polonia. El objetivo, según Merz, es construir un futuro común que no quede «eclipsado por la guerra». El presidente ucraniano, por su parte, agradeció el apoyo alemán y reiteró su disposición a una salida negociada, aunque volvió a acusar a Rusia de bloquear toda posibilidad de diálogo real. «Estamos listos para las conversaciones, pero Rusia no es seria», declaró, al tiempo que insistía en su petición de nuevas sanciones contra Moscú. Zelenski fue recibido con honores militares y mantuvo una reunión con el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier. Todo en un contexto de renovada tensión en el frente, especialmente en la región de Sumy, donde Kiev teme una nueva ofensiva rusa. De hecho, la inteligencia ucraniana ha detectado movimientos significativos de tropas rusas en la zona, con más de 50.000 soldados concentrados cerca de la frontera. «Rusia quiere preparar una ofensiva sobre Sumy», advirtió Zelenski. En respuesta, Kiev asegura haber tomado medidas para frenar cualquier avance.

La decisión de Berlín de apoyar la producción de misiles de largo alcance supone «de facto» un reconocimiento tácito de que el conflicto ha entrado en una fase de guerra prolongada. También plantea un nuevo escenario político dentro de Alemania, donde el debate sobre el papel del país en la guerra vuelve a intensificarse.

Mientras, los ultras de Alternativa para Alemania y ciertos sectores de la izquierda insistieron en la necesidad de frenar el envío de armas. Sin embargo, por ahora, Merz parece contar con suficiente respaldo parlamentario para continuar su estrategia. Berlín no solo quiere reforzar su papel como principal aliado europeo de Ucrania, sino que se posicione como potencia militar activa en la definición del orden de seguridad europeo. En Berlín ya no se habla de contención, sino de disuasión y defensa activa. Todo lo contrario que lo defendido por el ex canciller Olaf Schoz; y eso, para Moscú, representa un mensaje claro: la era de las medias tintas ha acabado.