EE UU

Un ex funcionario de la Administración Obama sobre los papeles clasificados: “Biden es el único responsable”

El estratégico silencio de la Casa Blanca sobre el hallazgo de nuevos documentos confidenciales en Delaware incomoda a los demócratas

El presidente Joe Biden saluda antes de partir desde el Air Force One del aeropuerto de Delaware de regreso a Washington
El presidente Joe Biden saluda antes de partir desde el Air Force One del aeropuerto de Delaware de regreso a WashingtonCarolyn KasterAgencia AP

En un giro sorprendente para la escena política en Washington, la Casa Blanca dejaba en evidencia este sábado su falta de transparencia al reconocer que se habían encontrado más documentos clasificados en la residencia familiar de los Biden en Wilmington, situada en el estado de Delaware.

Si en un primer momento se especificó que, al realizar el registro del material almacenado durante años en su vivienda, tan sólo se había encontrado un papel secreto de su etapa de vicepresidente de Obama (2008-2016), “junto al Corvette” aparcado en su garaje, el equipo de abogados del presidente Joe Biden se vio obligado a desvelar este fin de semana que otros cinco documentos clasificados habían aparecido en la reciente búsqueda.

Seis documentos en total que pertenecen a la etapa de ocho años en la que Biden fue el número dos de Obama, pero que ahora, seis años después, comprometen la presidencia demócrata en Estados Unidos. A falta de menos de dos años para que culmine su mandato, Joe Biden se enfrenta a una investigación del Departamento de Justifica que lo posiciona en el mismo lugar que Donald Trump, ambos acusados ahora por el mismo delito, desde que se produjera el polémico registro del FBI en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

Los medios de comunicación estadounidenses, que fueron los primeros en dar a conocer la información sobre “los papeles de Biden” esta semana, cuestionan a la Administración por haber tardado tanto en confirmar y confiscar el delicado material, si desde el pasado 2 de noviembre los abogados personales del presidente de Estados Unidos habían identificado al menos 10 registros confidenciales en la oficina privada que Biden ocupó desde 2017 hasta su candidatura presidencial de 2020.

Más otros dos meses después de un silencio absoluto, y a pesar de tener constancia de la sensibilidad del tema desde hace dos meses, la Casa Blanca sólo confirmó la información al filtrarse a la prensa los detalles, el martes de la semana pasada. El equipo legal de Biden, a través de su abogado principal, Bob Bauer, defiende la posición de mantener la discreción para tratar de equilibrar la transparencia con “las normas establecidas y las limitaciones necesarias para proteger la integridad de la investigación”, justificando que esa postura incluye “evitar la divulgación pública de detalles relevantes para la investigación mientras está en curso”.

Según fuentes familiarizadas con el caso, los cinco papeles adicionales marcados con el sello de “clasificados” fueron encontrados horas después de la declaración oficial de la residencia presidencial el jueves por la noche, cuando funcionarios del Departamento de Justicia se personaron a recuperar la única página identificada hasta el momento en la casa familiar de los Biden.

Los ayudantes del líder demócrata habían recuperado, el pasado miércoles por la noche, esa única página. Fue un abogado de la Casa Blanca quien, al día siguiente, acompañando a las autoridades para supervisar la transferencia, pudo identificar otros cinco papeles clasificados más entre el material guardado por el ex vicepresidente estadounidense.

¿Quién se encargó de almacenar la documentación? ¿Cómo y cuándo había llegado hasta allí, y por qué no se revisó durante años? Son sólo algunas de las cuestiones planteadas ahora, que todavía no se han desvelado. Aunque la falta de transparencia de la actual Administración con “los papeles de Biden” está en boca de todos. Sobre todo de los republicanos, pero también de los demócratas. La supuesta estrategia de la Casa Blanca de guardar silencio ha incomodado incluso a los miembros de sus propias filas.

No hay justificación

“Es absolutamente necesario que los documentos clasificados permanezcan en su poder en todo momento, nunca se dejan tirados, ni siquiera en un área segura”, explica a LA RAZÓN el ex diplomático Brett Bruen, que trabajó como directo de Compromiso Global en la Casa Blanca de Obama siendo Biden vicepresidente. “Si sales de una habitación”, añade Bruen sobre los documentos clasificados, “se guardan en la una caja fuerte cerrada. Si has terminado con ellos, vuelven a la caja fuerte”.

En su caso, Bruen reconoce haber gestionado “muchos documentos clasificados” durante su carrera y valora como “muy malo” el último escándalo político del país, del que el ex diplomático dice que “Biden es el único responsable” porque “no hay absolutamente ninguna excusa para aferrarse a documentos de alto secreto”, recalca quien pasó mucho tiempo lidiando con ellos durante la vicepresidencia del demócrata, porque “contienen cosas muy delicadas que pueden costarle la vida a las personas”.

Por esa misma razón, los demócratas en posesión de algún cargo público no se han atrevido a valorar la situación todavía, a sabiendas de que todo lo que se diga podría ser utilizado en contra de su partido. Pero sus rivales republicanos, sin embargo, están aprovechado esta oportunidad como la mejor herramienta política a su favor, no sólo para quitar hierro al asunto pendiente del ex presidente Donald Trump con la Justicia por la misma acusación, sino también para ganar terreno electoral de cara a las próximas presidenciales de 2024.

Con resultados extremadamente igualados en la historia más reciente del país para ambas formaciones políticas, cada voto cuenta. Y, en contienda electoral, todo material usado a favor y en contra será poco si con ello consiguen conquistar al electorado. Sin saber cómo evolucionará en las próximas semanas y meses, el escándalo de “los papeles de Biden” augura convertirse en motor principal de la próxima campaña electoral.