Polémica

La gran baza republicana contra Biden

El presidente aún no ha anunciado su candidatura a las elecciones de 2024. Los documentos clasificados acercan al demócrata a un escándalo de dimensiones trumpistas

El presidente Joe Biden escucha mientras el primer ministro japonés Fumio Kishida habla mientras se reúnen en el Despacho Oval de la Casa Blanca
El presidente Joe Biden escucha mientras el primer ministro japonés Fumio Kishida habla mientras se reúnen en el Despacho Oval de la Casa BlancaEvan VucciAgencia AP

El escándalo de «los papeles de Biden» sacude la capital estadounidense, salpicando directamente al presidente demócrata y a su partido con gran repercusión mediática y posibles implicaciones políticas. El presidente Joe Biden, se encuentra más cerca que nunca de un escándalo de proporciones «trumpistas». A pesar de las grandes diferencias entre demócratas y republicanos, Biden y su predecesor, Donald Trump, ya tienen algo en común: ambos están siendo investigados por el mismo delito: llevarse documentos clasificados de la Casa Blanca.

Apenas dos meses después de que el fiscal general de EE UU, Merrick Garland, nombrara un abogado especial a cargo del mal manejo del expresidente republicano con respecto al material de alto secreto que le fue confiscado por el FBI en su mansión de Mar-a-Lago, ahora se ha visto obligado a asignar a otro fiscal especial para investigar a Biden. Decisión tomada después de conocerse que un segundo lote de documentos clasificados había sido encontrado en la residencia familiar de los Biden en Wilmington, Delaware. Información filtrada por los medios de comunicación antes de que la Casa Blanca la confirmara, muchas horas después.

Biden prometía, durante sus primeras palabras al respecto, «cooperar completamente con la Justicia» en la actual investigación, mostrándose sorprendido por haber mantenido en su poder material de alto secreto de la época en la que fue vicepresidente de Obama (2009-2017).

Los republicanos reprochan a Biden la falta de transparencia. La primera tanda de documentos fue descubierta en noviembre, justo antes de las elecciones de medio mandato, en una oficina que el presidente usó entre 2017 y 2020, antes de lanzar su campaña para la presidencia. La Casa Blanca ha esperado a esta semana, sin embargo, cuando la noticia ha aparecido en los medios, para confirmarlo –aunque sí que notificaron entonces al Departamento de Justicia–.

Determinar si los registros clasificados de su vicepresidencia fueron almacenados incorrectamente por Biden e identificar si, con ello, violó la ley es la responsabilidad máxima del nuevo fiscal especial asignado por Garland. A sus 49 años, Robert K. Hur es un prestigioso abogado conservador, de padres surcoreanos, que se desempeñó bajo el mandado del ex presidente Donald Trump como Fiscal de EE UU para el Distrito de Maryland entre 2018 y 2021. Con apoyo bipartidista, además de una amplia experiencia en la Fiscalía y una clara compresión de las amenazas ligadas a las investigaciones de los fiscales especiales, Hur ha demostrado en el pasado su valía para la gestión de casos de corrupción pública y delitos violentos.

El entonces fiscal general adjunto Robert Hur habla durante una rueda de prensa en la Casa Blanca en Washington
El entonces fiscal general adjunto Robert Hur habla durante una rueda de prensa en la Casa Blanca en WashingtonAlex BrandonAgencia AP

Robert Hur también se desempeñó como asesor principal del fiscal general adjunto Rob Rosenstein durante la compleja etapa de revuelo político por el nombramiento del ex director del FBI, Robert S. Mueller, como fiscal especial para el Rusiagate, nombre con el que se popularizó la investigación puesta en marcha para esclarecer la interferencia rusa en las presidenciales de 2016 y su relación con el entonces candidato republicano Donald Trump.

La controversia de los documentos de Biden, que ayer recibió en la Casa Blanca al primer ministro japonés, Kishida Fumio, para profundizar los lazos con su aliado en el Indopacífico frente a China, llega en un momento dulce para el presidente, que ve sus índices de aprobación crecer a medida que la economía estadounidense parece dejar atrás lo peor de la escalada inflacionaria, y cuando muchos esperan que anuncie su candidatura presidencial para 2024.

La reacción de los republicanos por los papeles de Biden no se ha hecho esperar. Denuncian el «doble rasero» del Departamento de Justicia y del FBI al considerar que las autoridades han tenido con Biden un trato muy distinto al que tuvieron hace unos meses, por un caso parecido, con Trump tras el registro y confiscación de material clasificado en su residencia de Florida. Aunque Trump, fiel a su estilo, pretende revertir esta situación a su favor para ganar terreno electoral a los liberales de cara a las elecciones presidenciales de 2024, siendo por ahora el único candidato oficial del Partido Republicano.

Los demócratas, por su parte, añaden más leña a un fuego. A falta de 22 meses todavía para que culmine la Administración Biden, su aspiración personal a la reelección parece casi tan incierta como las opciones de encontrar un reemplazo a medida, que pueda hacer sombra a sus rivales políticos para mantener la presidencia.

La cuenta atrás ya ha comenzado. Tal y como anunció a finales de 2022, Biden estaría a punto de pronunciarse sobre el tema y, aunque en política todo es posible hasta que se demuestre lo contrario, a sus 80 años no parece muy probable que se decida a prolongar su permanencia en la Casa Blanca.