Polémica

Un fiscal especial investigará a Biden por el hallazgo de documentos clasificados

Tras un insólito silencio, la Casa Blanca reconoce que también se han encontrado papeles confidenciale en su vivienda en Delaware. Los republicanos critican el doble rasero de las autoridades

Joe Biden, presidente de Estados Unidos
Joe Biden, presidente de Estados UnidosAndrew HarnikAgencia AP

No solo en una, sino en hasta dos ubicaciones distintas el presidente Joe Biden guardaba información clasificada de su etapa como vicepresidente de EE UU bajo el mandato de Barack Obama (2009-2017). Algo totalmente prohibido por la ley, que exige a los miembros de la Casa Blanca entregar todo el material relacionado con el cargo al culminar su mandato.

La información, confirmada esta tarde por la Casa Blanca, había sido filtrada horas antes por los principales medios estadounidenses ante el sorprendente silencio del equipo del líder demócrata, que se prolongó hasta el día siguiente. Pero, finalmente, la presión pública pudo más. Y es que, al parecer, en total ya son tres las ubicaciones relacionadas con el actual presidente de EE UU que han sido registradas en las últimas semanas, en dos de las cuales se han encontrado documentos clasificados. La primera, la oficina privada Penn Biden Center, un laboratorio de ideas, situado a pocos metros de la Casa Blanca, donde Biden ocupó un despacho personal de 2017 a 2020, justo antes de iniciar su campaña presidencial.

Al desalojar el despacho que el demócrata había utilizado durante esos años, sus abogados personales encontraron, el 2 de noviembre, un total de 10 documentos clasificados. Según dieron a conocer esta misma semana, entregaron entonces la delicada información a los Archivos Nacionales, ente responsable de almacenarlos para la posteridad. Y, a la vez, su equipo legal notificó al Departamento de Justicia, que decidió delegar el caso al mismo Fiscal General de Chicago a cargo de la investigación abierta contra el expresidente Donald Trump tras el registro del FBI en Mar-a-Lago (Palm Beach).

Los otros dos lugares que han sido registrados en busca de más documentación confidencial son propiedad privada de la familia Biden y están en el estado de Delaware. Por un lado, la que ha sido su residencia principal en Wilmington y, por el otro, su casa de la playa en Rehoboth Beach. En esta última ubicación no se halló ningún documento, pero sí en el garaje de la vivienda familiar de Wilmington.

A la pregunta del corresponsal de FOXNews en la Casa Blanca sobre qué hacía allí la documentación, el presidente estadounidense respondió: «Mi Corvette está en un garaje cerrado, por lo que no es como si estuviera aparcado en la calle», dando a entender que no ponía en riesgo la seguridad nacional del país y prometiendo hacer un informe más detallado de la situación. «Voy a tener la oportunidad de hablar sobre este asunto pronto, si Dios quiere. Vamos a ver cómo se desarrolla todo esto», añadió Biden, trabándose en diversas ocasiones al leer cuidadosamente sus notas.

Expertos apuntan a que, al ser información clasificada, la estrategia de la residencia presidencial de guardar silencio se encamina a evitar poner en riesgo la actual investigación ante la posibilidad de desvelar algo inapropiado que pudiera perjudicar a la Administración Biden.

«La gente sabe que me tomo los documentos y el material clasificado muy en serio», agregó el presidente ante la prensa, confirmando que el registro de semanas concluyó la noche del miércoles, como una forma de justificar la ausencia de información oficial.

La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró, que los abogados del presidente han dado por terminada la búsqueda de documentos y que el Departamento de Justicia avisó con antelación de la designación de Hur.“No nos avisaron antes, lo supimos por la rueda de prensa” del fiscal general, indicó Jean-Pierre, quien agregó que en el momento del anuncio Biden se encontraba en el funeral por el fallecido exsecretario de Defensa Ash Carter (2015-2017).

La portavoz indicó que Biden probablemente se enteró a través de alguno de sus asesores. “En realidad no sé cuándo se enteró exactamente, pero puede decirles que no le habían avisado con antelación, es lo que puedo confirmar”, dijo Jean-Pierre.

Sin haber trascendido todavía hasta dónde llegaba exactamente el conocimiento personal del propio líder demócrata sobre los papeles que conservaba en su poder –él mismo reconoció estar «sorprendido» del hallazgo de visita oficial en México esta semana– explotaba sin control la noticia, que ya salpica con fuerza la campaña hacia las trascendentales elecciones presidenciales de 2024.

Tanto en beneficio de Trump, que espera poder revertir la situación a su favor, como también contra Biden, que deberá defender su posición como líder demócrata después de haber criticado duramente a su rival político por una actuación que ahora demuestra ser parecida a la suya.

Los republicanos inician una investigación

Los republicanos, sin tiempo que perder, aprovechan el último escándalo político en Washington para denunciar su malestar con las autoridades y, en especial, hacia el Departamento de Justicia y el FBI, contra quienes la Cámara de Representantes, bajo el liderazgo del nuevo «speaker», acaba de poner en marcha un comité de investigación.

El republicano Kevin McCarthy acusa al Departamento de Justicia de «doble rasero» por tratar el tema de los documentos clasificados de Biden de manera muy distinta a cómo lo hizo con Trump en su mansión de Mar-A-Lago, donde «fueron con sirenas y todo», recordó ayer durante su primera conferencia de prensa como presidente de la Cámara de Representantes. «¿Por qué fueron detrás de oponentes políticos de esa manera? Esto es lo que hace que América no confíe en su Gobierno», añadió McCarthy desde el Capitolio. En ese sentido, McCarthy preguntó por qué se está manejando de manera diferente el caso de Biden. «Estamos en EE UU y creemos en la justicia equitativa», indicó.

Situaciones muy distintas, a pesar de todo. Aunque a Trump, que busca consolidar su liderazgo en el Partido Republicano y, con él, la reelección en 2024, esta situación le va como anillo al dedo. Sobre todo para quitarle importancia a su propia acusación por resistirse a entregar decenas de documentos confidenciales que se llevó al culminar su presidencia. Biden, por su parte, promete «cooperar total y completamente» con la Justicia sobre los documentos confidenciales, mientras se acumulan las preguntas, todavía sin respuesta, en la capital estadounidense.

Robert Hurt, fiscal especial

El secretario de Justicia de EE UU, Merrick Garland, anunció ayer la designación de un fiscal especial que estudiará todos los papeles clasificados que se han encontrado en domicilios y oficinas del presidente Joe Biden.

El fiscal especial será Robert Hurt, quien no estará sujeto a la supervisión diaria de ningún funcionario del Departamento de Justicia, pero que deberá cumplir con sus «reglamentos, procedimientos y políticas», apuntó Garland en una rueda de prensa.

La Casa Blanca dijo que todos los documentos menos uno fueron encontrados en el garaje de Biden y que un documento de una página fue hallado en una habitación adyacente al garaje.

Garland aseguró que los abogados de Biden informaron a Justicia de que se encontraron documentos adicionales en la casa de Biden en Wilmington el 20 de diciembre. Ayer, los abogados de Biden llamaron de nuevo para decir que encontraron un documento adicional.

Y es que el hallazgo de los documentos confidenciales que los abogados de la Casa Blanca dieron a conocer ayer, tras el registro de la residencia de los Biden en Wilmington, ha sembrado aún más dudas sobre esa “pequeña cantidad” de material adicional marcado como “clasificado” y que se suma a los 10 documentos de noviembre encontrados “en un armario cerrado” de su antigua oficina, que incluye la marca “Top Secret” (el más alto rango de clasificación) con información confidencial sobre Irán, Ucrania y Reino Unido.

¿Dónde y cuándo exactamente fueron encontrados los documentos? ¿De cuántos exactamente se trata? ¿Qué más y en qué otros lugares puede aparecer? Son sólo algunas de las incógnitas que siguen en el aire.