Yihadismo

Arranca en París el juicio por el asesinato de Samuel Paty

Seis menores se sienten en el banquillo acusados de degollar al profesor de Historia por mostrar las caricaturas de Mahoma

Una manifestante enarbola una portada de «Charlie Hebdo» con las caricaturas de Mahoma
Una manifestante enarbola una portada de «Charlie Hebdo» con las caricaturas de MahomaYOAN VALAT EFE/EPA

Tres años después del asesinato del profesor Samuel Paty, un atentando que conmovió a toda Francia, ayer arrancó en París el juicio a seis exalumnos por su implicación en la decapitación del maestro de Historia y Geografía a manos de Abdoullakh Anzorov, un joven yihadista ruso de origen checheno. Se trata de un proceso a puerta cerrada que se desarrolla en el tribunal de menores de la capital francesa.

Los seis adolescentes acusados llegaron ayer por la mañana camuflados bajo sus abrigos y entraron en la sala donde serán juzgados hasta el 8 de diciembre. Se enfrentan a penas de hasta dos años y medio de cárcel. El papel de los menores «es crucial en la espiral que condujo al asesinato» del docente, ha explicado antes de arrancar el proceso Virginie Le Roy, que representa a los padres y a una de las hermanas de Paty.

El 16 de octubre de 2020, Abdoullakh Anzorov, un refugiado ruso de origen checheno, apuñaló y decapitó al profesor de 47 años cerca de su centro de secundaria en Conflants-Sainte-Honorine, al noroeste de París. Este joven de 18 años, al que la Policía abatió poco después, le reprochaba mostrar caricaturas de Mahoma en una clase sobre libertad de expresión y, en un mensaje de audio, reivindicó su acción para «vengar al profeta». Los investigadores del caso encontraron un mensaje planificando el ataque en el celular del sospechoso escrito horas antes de que ocurriera.

El día del crimen, Anzorov fue hasta Conflans Sainte Honorine armado con cuchillos y en el exterior del colegio abordó a un alumno, al que prometió 300 euros si le ayudaba a identificar a Paty cuando saliera del centro. El chico se lo contó a otros cuatro amigos a los que propuso compartir el dinero a cambio de señalar al profesor al joven checheno que, según su versión, tenía intención de filmarlo «pidiendo perdón por la caricatura del profeta».

Dos jueces de instrucción ordenaron en mayo juzgar a 14 personas por estos hechos: seis adolescentes ante un tribunal de menores y ocho adultos, que en su caso serán juzgados a finales de 2024. Cinco de los adolescentes, que tenían entre 14 y 15 años cuando ocurrieron los hechos, están acusados de haber vigilado el centro y de haber indicado al atacante quién era el profesor, a cambio de dinero. La sexta adolescente, que tenía 13 años, es juzgada por denuncias calumniosas, al asegurar que Paty pidió a los alumnos musulmanes que salieran de clase antes de mostrar las caricaturas. Ella no asistió a su curso. Para aún empeorar la situación, esta estudiante se lo dijo a su padre, Brahim Chnina, que junto al activista islamista Abdelhakim Sefrioui, publicaron vídeos en las redes sociales que aumentaron la polémica y pusieron el foco en el docente. Toda una campaña que alimentó el horror.

En realidad, el profesor únicamente había propuesto a los que pudieran sentirse ofendidos por esas imágenes publicadas por el semanario «Charlie Hebdo» que no miraran durante la proyección en clase.

La investigación ha trazado cómo, en el espacio de diez días, la trampa se cerró sobre Samuel Paty: desde las mentiras de la colegiala a los ataques por internet, hasta la llegada del agresor a la puerta del colegio el 16 de octubre de 2020.

Francia, que aún vive con el dolor de aquel episodio fresco en la memoria colectiva, volvió a revivirlo el pasado 13 de octubre, cuando otro profesor, Dominique Bernard , fue asesinado en Arras, al norte del país, por un joven islamista radicalizado de 20 años y origen ruso, que en este caso fue detenido por la Policía.

Además de este juicio y el segundo de los ocho mayores de edad en noviembre y diciembre de 2024, podría celebrarse un tercer proceso judicial por la muerte de Paty. Así lo esperan una parte de sus familiares. Ellos presentaron una denuncia contra el Ministerio de Educación y el de Interior franceses, a los que acusan de no haber tomado suficientemente en serio las amenazas contra el profesor de instituto. La Fiscalía abrió una investigación por ello en abril de 2022. Tres años después de la decapitación de Paty, la herida por aquel atentado aún no ha cicatrizado y aún promete extenderse en los próximos años.