
Turismo
Así es la isla de Grecia en la que hay más turistas que habitantes permanentes: "No cabe nadie más"
Zakynthos lidera el ranking europeo de saturación turística con 150 visitantes por residente, lo que convierte la idílica isla griega en un escenario de playas atestadas, basura y negocios dirigidos casi exclusivamente al turismo internacional

Zakynthos, la isla griega conocida como Zante, ha pasado de ser un paraíso de aguas turquesas a convertirse en el símbolo europeo del turismo masivo. Según el último informe de Which?, la isla recibe 149.887 turistas por cada 1.000 habitantes, lo que se traduce en 150 pernoctaciones por cada persona que vive alla el resto del año. Con solo 40.000 residentes permanentes, en 2023 recibió seis millones de visitantes y en 2025 la cifra ya crece un 7,3 % interanual, un ritmo que los propios griegos califican de “insostenible”.
El fenómeno se concentra en la costa sur y en Laganas, el epicentro festivo donde decenas de miles de jóvenes europeos buscan sol barato y fiesta 24 horas. En foros como Reddit, viajeros advierten a los recién llegados: “Evitad Laganas, es un infierno”. Las críticas se repiten en TripAdvisor: playas sin espacio para colocar una toalla, mar lleno de gente, arena sembrada de colillas y bares que vomitan música a cualquier hora. Ni siquiera el casco antiguo se salva: “Calles, plazas y restaurantes atestados, aparcar es misión imposible”.
Which? ha elaborado su ranking utilizando la definición de la Comisión Europea que combina tres factores: presión turística (noches de visitante frente a población), número absoluto de pernoctaciones y densidad de visitantes por kilómetro cuadrado. Zakynthos lidera el primer apartado con casi 150.000 turistas por cada 1.000 residentes, muy por delante de Istria croata (133.467) o Fuerteventura (118.720). Aunque en volumen total Mallorca supera los 51 millones de noches, su población de casi un millón de habitantes amortigua la proporción, algo que no ocurre en la isla griega.
Del paraíso al gentío: Zakynthos se ahoga en su propio éxito
El efecto colateral es la desaparición del carácter local. Tiendas de recuerdos, cadenas de comida rápida y bares con carteles en inglés han desplazado a los negocios tradicionales, mientras los precios se ajustan al bolsillo foráneo. Los griegos que aún resisten en el interior ven cómo sus pueblos se vacían fuera de temporada y cómo los servicios públicos colapsan en verano. “Zante ya no es nuestra isla durante tres meses al año; es un escenario para el turismo”.
La saturación ha encendido las alarmas entre las autoridades locales y la propia Comisión Europea, que estudia medidas de desestacionalización y cupos de visitantes. Mientras tanto, expertos como Rory Boland, editor de viajes de Which?, recomiendan huir de los puntos críticos: “Irás mejor a Estonia o a Murcia, donde no hay mil turistas por cada lugareño”. La advertencia cae en saco roto para muchos británicos que ya han reservado sus vuelos a Zakynthos, convencidos de que aún pueden encontrar un rincón de arena sin ocupar en la isla que Grecia amó hasta convertirla en un espejismo de sí misma.
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