Capriles: «Nos robaron las elecciones»

Se acabó Henrique Capriles tal y como lo conocíamos. El «caballero silencioso» ha pasado a la acción. Atrás queda su discurso tranquilo como líder de la oposición venezolana. Capriles ha esperado desde el 14 de abril a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) recontara los votos de unos comicios presidenciales bajo la sombra del fraude. Han pasado doce días y la auditoría no se ha realizado ni el CNE ha informado de cuándo va a ser. Por tanto, Capriles ha decidido pasar al ataque. En la rueda de prensa del miércoles, el gobernador de Miranda afirmó que la coalición opositora esperaba hasta ayer para que el CNE comience la auditoría de las elecciones, pues «no vamos a dejar que se burlen de nosotros». Capriles amenazó con un ultimátum. El lenguaje del candidato presidencial también es distinto y ha abandonado la condescendencia por la confrontación.

«No aceptaré una auditoría chucuta [a medias] ni una mamarrachada», indicó Capriles. Durante su intervención, que dejó de ser retransmitida abruptamente por la televisión estatal. Precisamente, la oposición denunció el mal uso que el Gobierno está haciendo de los medios de comunicación, pues el chavismo los está utilizando para incitar a la violencia. «Editan, cortan, como se hace en el fascismo. El ministro de propaganda nazi», manifestó Capriles.

El ex candidato presidencial tiene claro que los resultados del 14-A no concuerdan con la voluntad del pueblo venezolano: «La realidad es que ustedes se robaron las elecciones». En una entrevista al diario LA RAZÓN, Capriles aseguró que «habrá que celebrar de nuevo elecciones». Para él, la clave no es sólo abrir las 12.000 urnas, sino comprobar las cajas, verificar las papeletas, las actas, las huellas dactilares... Pero sobre todo, «lo más importante para mí son los cuadernos de votación, porque es ahí donde se puede ver si votaron más de una vez, si hay firmas falsas, si llegó a votar algún muerto», explicó a este periódico, e insistió en que «en democracia se hacen auditorías, en dictadura no».

Mientras, ayer el Gobierno volvió a insistir en el carácter conspiratorio y casi golpista de Henrique Capriles. El ministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, informó de la captura de un ciudadano estadounidense y lo vinculó con «la conspiración de la derecha contra la democracia venezolana». El plan, según el chavismo, es «generar situaciones caóticas con la creación de un escenario violento tras los comicios». «Todos los indicios que hemos venido recabando señalaban que íbamos a llegar al día de las elecciones presidenciales en plena normalidad, pero que a partir de los resultados emitidos por el CNE iba a haber un desconocimiento por parte del candidato de la derecha, Henrique Capriles Radonski», aprovechó a decir Rodríguez Torres. De hecho, sobre el líder de la MUD pesa una orden de detención y la Asamblea Nacional ha creado una comisión especial para que se le investigue por la ola de violencia postelectoral. A este respecto, Capriles aseveró a LA RAZÓN que «tratar de encarcelar a alguno de los líderes puede desencadenar una situación complicada, porque no significa que el otro 50% apoye la medida». «¿Me van a enjuiciar por defender los derechos de los venezolanos? ¿Quieren venir por mí? Aquí estoy, no tengo miedo».

El vencedor de las polémicas elecciones, Nicolás Maduro, no tardó en contestar al candidato opositor. «Yo sólo entregaré mi banda presidencial a un hombre o una mujer chavista. Ahí es cuando se habrá cumplido la verdadera misión de Chávez», indicó Maduro ayer en una de sus famosas «misiones». Como cada jueves, el chavismo entregó un conjunto de viviendas a los venezolanos. Ayer fue Maduro quien asistió a la entrega en el Valle, Caracas, acto recogido por la cadena nacional de televisión. «Ay del día que un burgués llegue al Palacio de Miraflores. Dios debe librarnos de eso, por lo menos por 500 años», reconoció. El «delfín» del fallecido comandante Hugo Chávez advirtió a los presentes de que «si ganan los fascistas, entregarán sus casas, eliminarán la salud pública y asesinarán a cientos de venezolanos».

Esta vez no fue el ministro de Vivienda, Ricardo Molina, quien dio las llaves de los nuevos pisos. Este fin de semana, Molina declaró que a «él no le importan las normas laborales y que él mismo botará [echará] de su Ministerio a los que le hablen mal de la revolución, de Chávez...». Molina no «aceptara en su Ministerio a miembros de partidos fascistas».

1 de mayo día de movilizaciones

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el líder de la oposición, Henrique Capriles, convocaron ayer a sus seguidores a manifestarse el día 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo. Durante una rueda de prensa, el presidente pidió a los chavistas que saliesen a la calle para «demostrarle a la burguesía fascista dónde está la clase obrera». Mientras, Capriles prefirió utilizar la red social Twitter para convocar a la oposición y solicitó «movilizar a todo el país». También hubo un cruce de acusaciones por el aumento salarial que propone el Gobierno, iniciativa que Capriles considera «inaceptable» ante la «inflación» que existe en el país: «Después de dos devaluaciones y la inflación, el aumento no puede ser menos de 40%», señaló el líder de la oposición.