
Defensa
El caza de combate F-22 "Raptor" recibe una importante actualización: los aviones chinos son el principal objetivo
El icónico caza F-22 Raptor se prepara para el futuro con una serie de mejoras clave, buscando mantener su supremacía ante los desafíos aéreos emergentes

El caza de combate F-22 Raptor, piedra angular de la superioridad aérea estadounidense, está experimentando una profunda transformación para mantener su ventaja tecnológica en un panorama global donde la potencia aérea es más crucial que nunca. Este programa de modernización es vital para asegurar que la flota permanezca operativa y dominante frente a un panorama de amenazas en constante evolución.
La necesidad de esta modernización surge por las crecientes tensiones geopolíticas y la aparición de nuevas amenazas aéreas de potencias competidoras. El desarrollo militar exige que activos clave se mantengan a la vanguardia. Países con aspiraciones militares significativas están invirtiendo fuertemente en capacidades aéreas avanzadas, incluyendo cazas furtivos de quinta generación.
Con una flota limitada, pero vital para misiones de combate avanzadas, asegurar la longevidad y eficacia del Raptor es prioridad. Estas actualizaciones no son solo mejoras incrementales, sino pasos decisivos para enfrentar los desafíos del combate aéreo del siglo XXI, asegurando que el F-22 pueda operar eficazmente en entornos disputados.
La vanguardia aérea se moderniza
Las próximas mejoras para la flota de F-22 Raptor son extensas: mejoras en la baja observabilidad, sistemas de guerra electrónica (EW), rendimiento del radar, interfaz del piloto y supervivencia frente a misiles, según apuntan desde Interesting Engineering. Este conjunto de actualizaciones aborda múltiples facetas del rendimiento del caza para optimizar su efectividad en escenarios complejos.
Uno de los ejes de esta iniciativa es la incorporación del Sistema de Defensa Infrarroja (IRDS), diseñado para una mejor detección de lanzamientos de misiles y advertencias más rápidas sobre amenazas aire-aire y superficie-aire, aumentando la conciencia situacional. Esto proporciona a los pilotos una ventaja crucial al permitirles reaccionar más rápidamente ante los ataques entrantes.
El IRDS usa tecnología TacIRST de Lockheed Martin, que permite la detección y seguimiento pasivo a largo alcance, útil contra aeronaves furtivas o sin usar radar. Fondos considerables asignados para producción inicial. Esta capacidad pasiva es especialmente valiosa en entornos donde la emisión de radar podría revelar la posición del caza.
Este impulso ocurre con creciente actividad aérea en zonas disputadas. Reportes de intercepciones cada vez más frecuentes por aeronaves chinas, incluyendo cazas J-20, contra "aviones extranjeros", subrayan la intensidad de la competición. Estos incidentes reportados reflejan una mayor asertividad en el espacio aéreo regional.
La modernización del F-22 y la capacidad de flotas de cazas avanzados de otros países marcan una clara escalada en la carrera por la superioridad aérea. El enfoque se desplaza a guerra electrónica, seguimiento infrarrojo y contramedidas furtivas, definiendo el futuro del combate en el aire.
✕
Accede a tu cuenta para comentar