
Poder aéreo
¿Cuántos cazas F-22 Raptor quedan?
El avión furtivo estadounidense estará en servicio hasta 2040 con nuevas mejoras

Diseñado para dominar los cielos como ningún otro, el F-22 Raptor de Lockheed Martin fue el primer avión furtivo de quinta generación del mundo. Está propulsado por dos motores Pratt & Whitney F119-PW-100 que le dan la posibilidad de alcanzar velocidades superiores a Mach 2 y realizar maniobras extremas. Su fuselaje furtivo, combinado con sensores de última generación y una aviónica integrada, le permite detectar, rastrear y neutralizar amenazas antes de ser detectado.
El F-22 fue concebido en la Guerra Fría, cuando el dominio aéreo estadounidense se veía amenazado por los avances soviéticos. En 1981, el programa de Cazas Tácticos Avanzados (ATF) buscaba crear un sucesor para los F-15 y F-16. El resultado fue un avión furtivo, veloz y letal. Sin embargo, para cuando el F-22 realizó su primer vuelo en 1997, la Unión Soviética ya había desaparecido. El Raptor, que nació para derrotar a cazas enemigos de quinta generación, simplemente no tenía con quién pelear.
El F-22 combinó tecnología de punta con un altísimo coste. Las proyecciones iniciales apuntaban a 750 unidades, pero la falta de una amenaza directa y los recortes presupuestarios redujeron esa cifra de manera drástica: primero a 648, luego a 442, después a 277, y finalmente a solo 187 unidades de producción en serie. En total, se fabricaron 195 F-22, incluyendo ocho prototipos de prueba.
De esos 187 entregados, al menos cinco se han perdido por accidentes, y otros 32 son variantes del Bloque 20, utilizadas exclusivamente para entrenamiento. Estas versiones no pueden participar en combate sin mejoras importantes, por lo que el número real de Raptors plenamente operativos ronda los 150, y algunos de ellos no están en condiciones de vuelo actualmente.
Paradójicamente, el F-22 fue creado para reemplazar al F-15 Eagle, pero debido a la cancelación prematura del programa, la Fuerza Aérea ha continuado utilizando y modernizando el F-15. De hecho, hoy se están comprando nuevas versiones: el F-15EX Eagle II. Mientras tanto, la producción del F-22 se detuvo en 2011.
En el horizonte, el desarrollo del caza de sexta generación F-47 (antes conocido como NGAD) plantea un posible sucesor. Pero incluso el propio Pentágono ha aclarado que este nuevo avión no reemplazará completamente al Raptor. Con rivales emergentes como el J-20 chino, el F-22 aún tiene un papel estratégico que cumplir en un mundo convulso y cada vez más inseguro.
Con miras a mantener su supremacía hasta bien entrada la década de 2040, el F-22 está recibiendo una serie de actualizaciones: un nuevo sistema infrarrojo defensivo (IRDS), tanques de combustible furtivos, mejoras en sensores y armamento, y —finalmente— un visor montado en el casco, algo que se había eliminado durante su desarrollo original.
El futuro del Raptor
La Fuerza Aérea de EEUU quería comenzar a retirar del servicio los aviones más antiguos en 2030, pero el plan aprobado en 2024 plantea una inversión de 8.000 millones de dólares para incorporar nuevas capacidades al primer caza de quinta generación del mundo. Este nuevo paquete brindará al Raptor capacidades de las que siempre ha carecido, incluidas la búsqueda y el seguimiento por infrarrojos (IRST) y tanques de combustible ocultos.
Hoy, el F-22 sigue siendo considerado el mejor caza en su papel específico de supremacía aérea. Pero su número limitado, sus costes de mantenimiento, y la falta de producción activa lo colocan en una situación delicada. La Fuerza Aérea debe estirar su vida útil lo máximo posible mientras llegan los refuerzos de sexta generación.
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