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Cisjordania

El asalto a una mezquita, la última muestra de creciente violencia colona en Cisjordania

El Gobierno palestino denuncia una "política sistemática y generalizada para socavar los derechos del pueblo palestino"

Colonos israelíes incendian una mezquita en el centro de Cisjordania EUROPAPRESS

El asalto a la mezquita Hajja Hamida, durante el cual un grupo de colonos israelíes quemaron la entrada del recinto sagrado y pintaron eslóganes racistas en sus paredes, es la última muestra de la creciente violencia de colonos israelíes en Cisjordania, donde en octubre se contabilizaron más de 500 ataques.

Los colonos vertieron durante la madrugada de este jueves materiales inflamables en la entrada de la mezquita, ubicada entre las localidades de Deir Istiya y Kafr Haris, en la gobernación de Nablus (Cisjordania ocupada), según contó el activista Nazmi al Salman a la agencia palestina Wafa. La rápida intervención de los residentes evitó que el fuego se expendiera por todo el edificio, donde los colonos también pintaron eslóganes con mensajes racistas contra árabes y musulmanes.

Al igual que en los últimos días, los ataques se repitieron en distintas localidades. En Turmus Ayya (centro) los colonos arrancaron de raíz los olivos de Abdullah Awad, según denunció este mismo en WhatsApp. También residentes de la ciudad de Faraata (noroeste de Cisjordania) aseguraron que los colonos arrancaron sus árboles.

Aumento desbordado de la violencia

El asalto a esta mezquita se suma a una serie de ataques de gran escala que han marcado el último mes en Cisjordania, coincidiendo con la temporada de recolección de la aceituna, un período que históricamente ha sido un foco de altercados. Justamente ayer otro grupo de colonos lanzó un ataque masivo contra instalaciones industriales y agrícolas cerca de la ciudad de Beit Lid, al norte de Cisjordania, dejando a su paso incendios e hiriendo a varios palestinos.

El martes, colonos también quemaron al menos cuatro camiones e hirieron a varias personas al este de la ciudad cisjordana de Tulkarem. Además, en días anteriores se registraron ataques contra varias aldeas de la castigada comunidad de Masafer Yatta, al sur de Hebrón. Octubre fue el mes más violento desde 2013, ya que se registraron, según cifras de la ONU, 536 agresiones, incluidas ataques físicos, quema de campos, destrucción de olivos y restricciones de acceso a los olivares.

Los agresores son a menudo los mismos colonos uniformados, muchos de ellos reservistas del Ejército que viven en los asentamientos ilegales, quienes atacan a las poblaciones palestinas sin que haya intervención del Ejército o la policía israelí que, por el contrario, se ponen habitualmente del lado de estos colonos, según el relato de palestinos y activistas,

Además, este nuevo ataque se produce después de que el jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, asegurara ayer que el Ejército está decidido a "detener" los ataques de colonos israelíes a civiles palestinos, activistas, periodistas y paramédicos, que se han intensificado en diferentes puntos de la Cisjordania ocupada. "Estos actos contradicen nuestros valores, traspasan una línea roja y desvían la atención de nuestras tropas de su misión: defender a las comunidades y llevar a cabo operaciones. Estamos decididos a detener este fenómeno y actuaremos con firmeza hasta que se haga justicia", dijo Zamir tras visitar Cisjordania ayer.

Condenas al ataque

El comandante del Ejército israelí a cargo de Cisjordania, Avi Bluth, pidió a los soldados que intervengan e intenten prevenir "cualquier acto de delincuencia nacionalista". Sin embargo, en septiembre se filtraron a la prensa declaraciones de Bluth en las que supuestamente decía que cada vez que un palestino atacase o hiriese a un colono, su aldea sería castigada, una afirmación que pone en entredicho el enfoque del alto mando en ocasiones.

El ataque de hoy a la mezquita ha provocado la condena desde la izquierda israelí, y el líder del Partido Demócrata, Yair Golan, calificó los hechos como "una escalada del terrorismo judío". Golan denunció la actitud "indulgente y permisiva" con los colonos de los ministros radicales de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y de Finanzas, Bezalel Smotrich, ambos colonos, e instó al Shin Bet (agencia de seguridad interna) y a la policía a "actuar con firmeza contra los criminales y llevarlos ante la justicia".

Hamás denunció también el asalto apuntando que el ataque "revela, una vez más, el sadismo y el racismo de la ocupación contra nuestro pueblo" y lo calificó como "un crimen atroz y un ataque flagrante contra los sentimientos de los musulmanes y la libertad de culto". El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Palestina condenó el "crimen odioso" cometido por los colonos contra la mezquita de Deir Istiya, e hizo al Gobierno israelí responsable de la "peligrosa escalada y la ola de creciente terrorismo colono".