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Hermana de Kim Jong-un dinamita el diálogo con EE UU: "No renunciaremos a nuestro plan nuclear"

Kim Yo-jong recuerda al presidente de EE UU que la situación ha cambiado con respecto a su primer mandato en la Casa Blanca

Corea.- Pyongyang remarca que no renunciará a su programa nuclear e insta a Trump a admitir la nueva realidad
Corea.- Pyongyang remarca que no renunciará a su programa nuclear e insta a Trump a admitir la nueva realidadEuropa Press

Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano y pilar del régimen, lanzó un ultimátum a Washington y Seúl, advirtiendo que cualquier desafío al estatus de Corea del Norte como potencia nuclear será tajantemente neutralizado. Con tono calculado y firme, esta declaración pone de manifiesto la voluntad de Pyongyang de controlar la narrativa política en la península, capitalizando además la reciente transición presidencial en Seúl para consolidar su postura estratégica.

Con su control sobre la narrativa del régimen y su rol como arquitecta de la política exterior, Kim Yo-jong se ha consolidado como una siniestra figura clave. Su habilidad para alternar amenazas con aperturas calculadas demuestra su destreza en un escenario global fragmentado. Mientras Seúl busca equilibrar su alianza con Washington y la necesidad de dialogar, Estados Unidos enfrenta el desafío de lidiar con un sistema que ha hecho del poder nuclear su identidad innegociable.

En un comunicado difundido el martes por los medios estatales, Kim Yo-jong, número dos del régimen norcoreano, instó a Washington a desistir de sus pretensiones de desarme nuclear, en respuesta a declaraciones de un alto funcionario de la Casa Blanca que insinuaban la disposición del presidente Donald Trump a retomar el diálogo.

"Cualquier tentativa de desconocer el estatus de la RPDC como potencia nuclear será rotundamente rechazada", afirmó con contundencia. Aunque destacó una relación personal no antagónica entre Kim Jong-un y el líder estadounidense, dejó claro que esta no debe ser un pretexto para presionar por la eliminación del arsenal atómico. Advirtió que, de persistir en esa línea, enfrentarán un "descrédito diplomático" y exigió que se reconozca a Corea del Norte como una potencia nuclear plenamente consolidada.

Pyongyang y Washington celebraron tres cumbres en apenas dos años

El último aviso se enmarca en un prolongado estancamiento diplomático. Entre 2018 y 2019, Trump y Kim protagonizaron tres cumbres históricas, pero las negociaciones colapsaron en Hanói por desacuerdos sobre el alivio de sanciones a cambio de pasos hacia la desnuclearización. Desde entonces, Pyongyang ha intensificado su programa armamentístico, desarrollando un arsenal que, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), podría incluir entre 40 y 60 ojivas nucleares, además de misiles balísticos intercontinentales capaces de alcanzar la costa oeste estadounidense.

Asimismo, el lunes Kim Yo-jong rechazó una oferta conciliadora del nuevo presidente surcoreano, Lee Jae-myung, cuya administración liberal prometió un enfoque más dialogante tras años de tensiones bajo gobiernos conservadores. La número dos criticó la "sumisión absoluta" de Seúl a su alianza con Washington y su postura beligerante, afirmando que el Ejecutivo de Lee no se diferencia sustancialmente de su predecesor.

A pesar de gestos como la suspensión de transmisiones de altavoces con mensajes anti-Pyongyang en la frontera, la repatriación de seis pescadores norcoreanos y la solicitud a familias surcoreanas para que cesen el envío de globos con propaganda, la funcionaria desestimó estas medidas, calificando la interrupción de las transmisiones como un "paso reversible de algo que nunca debieron iniciar". Advirtió que Seúl comete un "error garrafal" al creer que palabras conciliadoras bastarán para revertir la hostilidad.

Asimismo, condenó los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos, tachándolos de "provocación agresiva", y acusó a los aliados de culpar a Pyongyang por el deterioro de la seguridad en la península. El Norte ha denunciado reiteradamente estas maniobras como ensayos de invasión. Frente a la esperanza expresada por el ministro de Unificación surcoreano, Chung, de que Kim Jong-un asista a la cumbre de APEC en Gyeongju en octubre, Kim Yo-jong calificó la idea de "absurda".

Pyongyang monitorea la política de Seúl

Chung anunció que propondrá al presidente Lee "ajustar" el ejercicio militar anual Ulchi Freedom Shield, previsto para agosto, con posibles cambios en su escala y cronograma. El Ministerio de Unificación interpretó las palabras de Kim Yo-jong como una señal de que Pyongyang "monitorea de cerca" la política de Seúl. El portavoz Koo Byoung-sam destacó los "muros de desconfianza" entre ambas Coreas, pero aseguró que el gobierno surcoreano avanzará con "calma y constancia" hacia la reconciliación, la cooperación y la paz mutua.

El reciente doble mensaje, inusual en la hermética diplomacia norcoreana, busca liderar la agenda regional, según Yang Moo-jin, director de la Universidad de Estudios Norcoreanos. "Pyongyang está decidido a imponer su narrativa, ya sea mediante negociación o confrontación", explicó a This Week in Asia. Yang interpreta esta ofensiva como una preparación para un mayor activismo diplomático, posiblemente en respuesta a la evolución del conflicto en Ucrania y al congreso del Partido de los Trabajadores previsto para 2026. "El núcleo del mensaje es que se considera una potencia nuclear irreversible y solo dialogará desde esa premisa, no sobre un desarme total", subrayó.

La alusión de la portavoz norcoreana a la "sintonía personal" entre los mandatarios es un gesto táctico para mantener abierta la puerta a futuras negociaciones sin ceder en lo esencial. Analistas coinciden en que Pyongyang solo consideraría una reducción parcial de su arsenal a cambio de un alivio significativo de sanciones, preservando siempre su capacidad disuasoria. En Hanói, el régimen ofreció desmantelar el complejo nuclear de Yongbyon a cambio de amplias concesiones, propuesta rechazada por Trump. Desde entonces, el Norte ha fortalecido lazos con Rusia y China, aliados que le han brindado respaldo frente a las presiones occidentales.

En los últimos años, Kim ha impulsado su ambicioso programa armamentístico, desarrollando y probando un amplio abanico de sistemas que consolidan su capacidad militar, en abierto desafío a las sanciones internacionales. En 2022, marcó un hito con más de 70 pruebas de misiles, incluyendo un récord de 23 lanzamientos en un solo día, situando ese año entre los más activos de su historia. Este despliegue se produce en un contexto geopolítico adverso para la acción coordinada.

La guerra de Rusia en Ucrania, los conflictos persistentes en Oriente Medio y la escalada de tensiones en el estrecho de Taiwán acaparan la atención de Estados Unidos y sus aliados, relegando a la hermética nación a un segundo plano salvo cuando recurre a provocaciones de alto impacto. En este entorno de crisis convergente, Pionyang aprovecha la distracción global para avanzar sin apenas oposición.

China y Moscú se consolidan como sus principales aliados

A ello se suma la fragilidad de las alianzas tradicionales de Washington. Corea del Sur, pilar esencial en la estrategia contra el régimen norcoreano, ha atravesado una profunda crisis política interna. En Europa y Asia, el renovado proteccionismo de la administración Trump, con su apuesta por aranceles y una diplomacia transaccional, genera creciente malestar entre aliados, dificultando la cohesión necesaria para articular y sostener una respuesta efectiva frente a Pionyang.

Asimismo, la cooperación militar con Moscú, intensificada desde 2022, incluye transferencias de tecnología que han potenciado el programa de misiles norcoreano, según informes de la ONU. China, principal socio comercial, representa el 90% del comercio exterior de Pyongyang, asegurando su supervivencia económica. Estas alianzas permiten al régimen sortear sanciones internacionales, cuya efectividad se ve mermada por fallos en su aplicación.

Hace poco más de un año, se disolvió el organismo multinacional creado para proporcionar análisis e informes fiables e independientes sobre la aplicación de las sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a Corea del Norte. Conocido oficialmente como el Grupo de Expertos del Comité de Sanciones 1718 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el mandato de este organismo expiró en abril de 2024, después de que Rusia vetara su renovación el mes anterior. Desde entonces, la capacidad de la comunidad internacional para supervisar y contener una de las amenazas nucleares más peligrosas del mundo se ha visto gravemente limitada.