Cargando...

Defensa

El dron kamikaze que Taiwán quiere usar para defenderse de China: es una auténtica bestia

Taiwán y Estados Unidos desarrollan un nuevo dron kamikaze a reacción, el Chien Feng IV, dotado de inteligencia artificial para atacar buques y objetivos terrestres, con la vista puesta en su posible exportación

El dron kamikaze que Taiwán quiere usar para defenderse de China: es una auténtica bestia The War Zone

La guerra del futuro podría definirse por la capacidad para lanzar ataques masivos y coordinados. Precisamente bajo esa premisa, Taiwán y Estados Unidos están desarrollando un avanzado dron kamikaze a reacción, el Chien Feng IV, diseñado con la capacidad de operar en enjambre para saturar las defensas del enemigo. Este nuevo sistema no tripulado, cuyo nombre se traduce como «Avispón Poderoso IV», representa un salto cualitativo en la estrategia militar de la isla asiática.

De hecho, el proyecto es fruto de una alianza tecnológica y militar entre la compañía estadounidense Kratos y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan (NCSIST) de Taiwán. La colaboración se basa en una división de tareas bien definida: Kratos proporciona la plataforma aérea, mientras que el instituto taiwanés se encarga de integrarle los sistemas de misión, la inteligencia artificial que lo gobierna y una potente ojiva explosiva. Esta cooperación se alinea con la estrategia general de Washington, ya que el Pentágono tiene un plan claro para aumentar su poderío militar basándose en una mayor adquisición de sistemas no tripulados.

En este sentido, el fuselaje del dron no es completamente nuevo, sino que se basa en el modelo MQM-178 Firejet de la propia Kratos, un blanco aéreo de alto rendimiento ya probado. Este punto de partida permite acelerar el desarrollo y garantizar unas prestaciones notables, como una velocidad máxima de Mach 0,8 y un techo operativo que supera los 10.500 metros de altitud. Aunque su radio de acción no se ha hecho público, un derivado de esta misma plataforma tiene un alcance de unos 740 kilómetros, tal y como han publicado en The War Zone.

Un arma polivalente para múltiples escenarios

Asimismo, la versatilidad es una de las claves del Chien Feng IV. El sistema ha sido concebido para atacar buques y objetivos en tierra con una alta precisión, pero también puede desempeñar funciones de señuelo para confundir y agotar las defensas antiaéreas adversarias. Para asegurar el éxito en la fase final del ataque, el dron está equipado con una cámara electroóptica e infrarroja que le permite identificar y fijar su objetivo de forma completamente autónoma. Esta capacidad antibuque es especialmente relevante ante la modernización de las fuerzas navales en la región, donde la primera potencia naval del mundo continúa desarrollando nuevos y más avanzados portaaviones.

Por otro lado, el proyecto mira más allá de las necesidades defensivas de Taiwán. Las autoridades del NCSIST ya han confirmado que están valorando su posible exportación internacional, lo que podría convertir a la isla en un competidor relevante en el mercado global de sistemas no tripulados. Se espera que el primer vuelo de prueba de este prometedor dron suicida se realice a principios del próximo año, marcando un hito en la industria de defensa taiwanesa.