Política

Accidente aéreo

«El acontecimiento más horrible en la historia de Lufthansa»

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, durante la rueda de prensa ofrecida hoy en Fráncfort
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, durante la rueda de prensa ofrecida hoy en Fráncfortlarazon

El presidente de la aerolínea Lufthansa, Carsten Spohr, ha dicho hoy que la compañía desconoce los motivos que llevaron al copiloto de Germanwings a provocar de forma consciente la colisión del avión en el que iban 150 personas, aunque parece descartada la motivación terrorista.

Spohr ha hecho hincapié, en una rueda de prensa en el aeropuerto de la ciudad alemana de Colonia, en que el copiloto Andreas Lubitz de la filial de vuelos de bajo coste era “cien por cien apto para volar” y ha rehusado hacer comentarios especulativos sobre posibles problemas psiquiátricos de Lubitz.

Las primeras conclusiones de la Fiscalía francesa señalan que Lubitz dejó caer e hizo colisionar el A320 de forma voluntaria, aunque sin aparentes razones terroristas, cuando realizaba el vuelo entre Barcelona y Düsseldorf.

La idea que la causa fue un suicido ampliado ha aparecido rápidamente en los medios de comunicación alemanes, pero expertos en psiquiatría también han hablado con mucha cautela y han preferido esperar a tener más información antes de sacar conclusiones.

Spohr ha señalado que la compañía está “consternada” tras conocer la valoración de la Fiscalía francesa de las voces registradas en una de las cajas negras del avión siniestrado y ha dicho que “lo que ha ocurrido era inimaginable”.

“Ni en nuestros peores sueños hubiéramos podido imaginar algo así”, ha afirmado el presidente de Lufthansa, que ha asegurado que la aerolínea selecciona a su personal con mucho cuidado.

En varias ocasiones Spohr ha reiterado que la rueda de prensa no era el momento adecuado para hablar de la estrategia empresarial de la compañía al ser preguntado al respecto y en ningún momento ha hablado de cuestiones relacionadas con la situación empresarial de Lufthansa.

Spohr ha mostrado absoluta confianza en sus pilotos y en los criterios de selección que tiene la mayor aerolínea de Alemania, al tiempo que ha calificado lo ocurrido de “el acontecimiento más horrible en la historia de nuestra compañía”.

El presidente de Lufthansa ha explicado que el copiloto había superado las pruebas médicas que se realizan una vez al año pero que tras la formación de los pilotos no se realizan pruebas psicológicas explícitas.

Spohr ha hecho hincapié en que los estándares de seguridad de Lufthansa son elevados y que volar es el medio de transporte más seguro.

También ha sostenido que no hay manera de prevenir un accidente así y ha lamentado mucho lo que ha ocurrido.

Spohr también ha dicho que en caso de que un piloto pierda el conocimiento existe en la compañía alemana un código propio y una señal, y que si después no hay respuesta, se abre la puerta.

El copiloto del avión de Germanwings que presuntamente estrelló el Airbus A320 en los Alpes franceses se llamaba Andreas Lubitz y había nacido en la pequeña localidad de Montabaur, en el Estado federado de Renania-Palatinado (oeste de Alemania).

De 28 años, tenía una experiencia de 630 horas de vuelo, había comenzado su formación en 2008 en la escuela de pilotos de Lufthansa en la ciudad alemana de Bremen, al norte de Alemania, y empezó a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013.

Hace seis años, Lubitz había interrumpido su formación durante algunos meses, según el presidente de Lufthansa, que no ha dicho por qué, al tiempo que ha enfatizado “que era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad o limitación”.

Las Autoridades alemanas de Vigilancia Aérea le habían realizado el primer control de seguridad en 2008 y por segunda vez en 2010 sin que se produjeran conclusiones comprometedoras.

Estos controles de seguridad se producen ahora cada cinco años y no cada dos años como antes.

Spohr también ha dicho en la rueda de prensa que en EEUU un auxiliar de vuelo siempre tiene que estar en la cabina si el piloto sale.

El presidente de Lufthansa ha explicado que en caso de emergencia existe un mecanismo de seguridad por el que se abre la puerta de la cabina y que para ello hay que dar un código especial desde fuera.

Este procedimiento supone que los dos pilotos son incapaces de actuar, pero este mecanismo se puede bloquear desde dentro mediante un interruptor para que no entre nadie como parece que hizo Lubitz en la cabina del A320 de Germanwings, entonces la puerta queda cerrada cinco minutos.

En Alemania todos los pilotos están obligados a someterse periódicamente a una prueba de fiabilidad. Arantxa Iñiguez/EFE