Bruselas

Boris Johnson tendrá sus elecciones antes de Navidad, pero sin Brexit

La oposición acepta adelantar los comicios al 12 de diciembre. El «premier» buscará en las urnas una mayoría absoluta para garantizar la salida de la UE antes del 31 de enero. El laborismo afronta dividido la campaña por la indecisión de Jeremy Corbyn

Un activista pro-EU se manifiesta frente al Parlamento británico/Efe
Un activista pro-EU se manifiesta frente al Parlamento británico/Efelarazon

La oposición acepta adelantar los comicios al 12 de diciembre. El «premier» buscará en las urnas una mayoría absoluta para garantizar la salida de la UE antes del 31 de enero. El laborismo afronta dividido la campaña por la indecisión de Jeremy Corbyn

Reino Unido celebrará finalmente elecciones anticipadas el 12 de diciembre para desbloquear la crisis del Brexit. A pesar de que Boris Johnson cerró un acuerdo de retirada con la UE, al igual que le pasó a su antecesora, Theresa May, no ha logrado ratificarlo en Westminster. Por lo tanto, después de que los Veintisiete hayan aprobado una nueva prórroga –con la advertencia, eso sí, de que podría ser la última– el primer ministro ha conseguido este lunes finalmente el apoyo de sus señorías para sacar las urnas y así poder cambiar la aritmética de la Cámara de los Comunes, donde en los últimos tres años de un tortuoso divorcio, ninguna de las opciones planteadas ha conseguido mayorías suficientes.

La propuesta del Gobierno salió ayer adelante por 438 votos a favor frente a tan solo 20 en contra. Para el líder «tory» conseguir su objetivo no ha resultado tarea fácil. Han hecho falta hasta cuatro intentos. En las últimas semanas, fracasó hasta en tres ocasiones a la hora de reunir el apoyo de dos tercios de la Cámara Baja, tal y como como exige la legislación en materia electoral. Por lo que finalmente ayer se vio obligado a optar por una «ley breve», cuyo visto bueno solo requería el respaldo de una mayoría simple de los diputados.

La jornada, como todo lo referente al Brexit, fue intensa, cargada de polémica y alargando hasta el último momento –literalmente– la incertidumbre. A primera hora de la mañana, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, decidió dar su brazo a torcer y aceptar finalmente los comicios adelantados.

En realidad, no le quedaba otra opción. Una parte importante de sus filas se mostraba en contra. Querían dejar zanjada primero la cuestión del complejo divorcio con el bloque. Sin embargo, después de que liberal demócratas e independentistas escoceses apostaran por los comicios, para Corbyn habría sido humillante empezar la campaña electoral siendo el único líder que se negaba a sacar las urnas.

Con todo, en el debate que se celebró posteriormente en Westminster se llegó a dudar por un momento de que la convocatoria fuera a salir adelante. Al tramitarse como «ley breve», se pudieron presentar enmiendas y la oposición planteó, entre otras, la posibilidad de que los jóvenes de 16 y 17 años e incluso los europeos residentes pudieran votar. El Gobierno amenazó con paralizar todo si salían adelante.

Pero finalmente no fueron seleccionadas para su debate. Tan solo se votó la enmienda referida a la fecha. El Gobierno siempre apostó por el jueves 12 de diciembre. Sin embargo, la oposición demandaba el lunes 9 para así obligar a cerrar el Parlamento esta semana. De esta manera, el primer ministro se quedaba sin tiempo para intentar ratificar en última instancia el acuerdo cerrado con Bruselas.

La oposición en bloque quiere salir de manera ordenada de la UE, pero no quería zanjar por completo el Brexit, ya que los liberal demócratas, los escoceses independentistas del SNP y un gran número de laboristas son partidario de celebrar un segundo referéndum.

Por otra parte, la oposición quería adelantar también la fecha para garantizar una mayor participación de los universitarios, que, según las encuestas, son más proeuropeos, antes de que comenzaran las vacaciones de Navidad. Muchos de ellos están registrados en el distrito donde estudian. Sin embargo, la propuesta laborista para tener comicios el 9 de diciembre fue rechazada por 315 votos en contra frente a 295 a favor.

En las últimas elecciones anticipadas de 2017, la que fuera líder «tory», Theresa May, llegó a sacar hasta 22 puntos de ventaja a la oposición laborista, pero luego acabó perdiendo la mayoría absoluta. Y aquí está la clave de todo. A Johnson no le vale ahora simplemente con ganar en diciembre. Debe conseguir la mayoría absoluta porque se ha demostrado que, de otra manera, el Ejecutivo queda atado de pies y manos, sin poder ratificar luego ninguna ley en los Comunes.

La pregunta es si podrá lograrlo. El excéntrico político se mudó en julio a Downing Street superando tan solo la prueba de las primarias del Partido Conservador. Por lo que el adelant electoral será ahora su primer gran examen con las urnas.

Cierto es que ganó en 2008 y 2012 las elecciones a la Alcaldía de Londres, un gran logro, ya que en la metrópoli siempre había predominado el voto laborista. Sin embargo, el escenario ahora es completamente distinto.

Los expertos consultados tienen gran curiosidad por ver cuál será ahora su estrategia. Una encuesta publicada a principios de octubre por «The Telegraph» –biblia para los «tories»– vaticinaba que si no cumplía su promesa de sacar al país del bloque para Halloween, Johnson no conseguiría mayoría absoluta.

En este sentido, el líder conservador podría radicalizar su discurso para no perder votos a manos del Partido del Brexit de Nigel Farage. Pero, al mismo tiempo, un giro demasiado a la derecha y muy pro Brexit duro podría hacerle perder el respaldo de los «tories» más moderados.

De momento, todos los sondeos apuntan a que los conservadores obtendrían más del 40% de los votos, mientras que los laboristas siguen estancados en torno al 24%. Al mismo tiempo, el primer ministro goza del doble de apoyo público que su rival, Jeremy Corbyn, (39% contra 16%).