Muerte de Prigozhin
Encuentran los 10 cuerpos y la caja negra de la aeronave en la que viajaba Prigozhin
El Comité de Investigación ruso someterá a los cadáveres a un examen de ADN para confirmar la identidad de las víctimas
El Comité de Investigación de Rusia ha hecho público el hallazgo de los restos mortales de las 10 personas que murieron en la tarde del miércoles en la región de Tver, a las afueras de Moscú, tras el derribo del avión privado Embraer en el que viajaba el líder de Wagner, Yevgueni Prigozhin, además de seis miembros del grupo de mercenarios y otros tres integrantes de la tripulación. No hay supervivientes. Los cuerpos serán sometidos a exámenes moleculares de ADN para definir la identidad de las víctimas, de acuerdo con el equipo encargado de las pesquisas. Aunque sus nombres fueron dados a conocer horas después del accidente por la Agencia Federal de Transporte Aéreo.
En el lugar de los hechos han sido encontradas también las cajas negras, que registran todas las operaciones de vuelo y los diálogos entre los pilotos. «La investigación incautó los registradores de vuelo y continúa un examen detallado del lugar. Actualmente también se están incautando objetos y documentación que son importantes para establecer todas las circunstancias del accidente», recoge el comunicado emitido por Comité de Investigación. La agencia asegura que «comprobará cuidadosamente todas las versiones posibles de lo sucedido». No excluyen la posibilidad de una «influencia externa» por la que cayó la aeronave.
Por el momento, el Comité de Investigación ha puesto en marcha una investigación penal sobre supuestas violaciones de las normas de seguridad aérea. La investigación corre a cargo de Ivan Sibula, un perfil con experiencia en este tipo de casos, según la prensa rusa. Sibula participó en las pesquisas de otros sonados accidentes aéreos en Rusia, como el del avión comercial en Vnukovo en el que murió el jefe de la compañía Total, Christophe de Margerie, o el del SSJ-100 que provocó la muerte de 41 personas por una negligencia y que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo.
Los primeros indicios indican que el accidente respondió a una detonación en el compartimiento del chasis, donde pudo haber sido colocado un artefacto. En esta línea, los testigos oculares del incidente aseguraron haber escuchado el sonido de dos explosiones antes de que el jet se estrellara cerca de la localidad de Kuzhenkino. La detonación habría arrancado una de las alas, lo que provocó un ascenso brusco de la aeronave antes de emprender una caída vertiginosa, según el análisis del ingeniero aeronáutico Mark Solonin, citado por Novaya Gazeta.
El Kremlin ha cedido el protagonismo a los investigadores y ha evitado pronunciarse sobre el incidente. Vladimir Putin, que se encontraba en una ceremonia en Kursk en el momento del accidente, rompió su silencio 24 horas después del derribo de la aeronave del líder de Wagner. Lo hizo para confirmar que el oligarca figuraba entre los muertos y para trasladar sus condolencias a su familia. Pero también, y sobre todo, para mandar un mensaje de autoridad. «Cometió graves errores en su vida», pronunció Putin, pensando quizá en el motín armado que protagonizó el cabecilla de los mercenarios hacia finales de junio.
La inteligencia de Estados Unidos abona la hipótesis del derribo deliberado de la aeronave. «Nuestra evaluación inicial es que es probable que Prigozhin fuera asesinado», declaró el jueves en una sesión informativa el portavoz del Pentágono, Pat Ryder. Washington confirmaba así la muerte de Prigozhin.
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