RDC

Escándalo en la ONU: ocho cascos azules son arrestados por explotación sexual

Ocho soldados sudafricanos fueron arrestados por "explotación sexual y abusos", el lo que se trata del enésimo incidente dentro de la misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo

Miembros de la MONUSCO
Miembros de la MONUSCOSTRINGERREUTERS

Primero hay que imaginar cómo se vive en una zona de conflicto. La alerta permanente, el asesinato de personas que son el mundo entero para nosotros, el hambre, el olor a guerra que se atranca en las fosas nasales e invade las pesadillas de los niños. Huir de un sitio a otro hasta que nuestras propiedades se reducen a lo que quepa en el hatillo. La humillación. El odio que aniquila conciencias. Imaginar que después de una cadena de horrores aparecen unos soldados extranjeros que calzan cascos azules, son los de la televisión, los buenos, las fuerzas de paz, los que nos salvarán. Imaginar el brillo de esperanza que nace del corazón con su llegada. Y luego rematar esta macabra fantasía con que uno de esos salvadores, un héroe en el que creíamos, nos viola.

Ocho cascos azules sudafricanos de la misión de MONUSCO (República Democrática del Congo) han sido arrestados por “explotación sexual y abusos”, según rezaba un comunicado de la misión publicado este miércoles y que no ofrecía demasiados detalles. La propia página de noticias de Naciones Unidas informaba de que “aunque la Misión de la ONU no dio detalles, medios internacionales informaron que ocho cascos azules sudafricanos habían sido detenidos por acusaciones de abuso sexual”. Los detalles de lo sucedido han decidido no hacerse públicos. Apenas se sabe que los ocho implicados estaban estacionados en la ciudad de Beni y que fueron arrestados el 1 de octubre (diez días después de que se dijera), y que un oficial también fue suspendido el 8 de octubre por los mismos motivos.

Se ha ordenado como medida cautelar provisional que los hombres sean suspendidos del servicio y confinados en sus barracones pendientes de una investigación. El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ya alertó en una reunión previa en Nueva York que repetidos informes hablaban de soldados de la MONUSCO “confraternizando, después del toque de queda, en un bar prohibido conocido por ser un lugar donde se realizan transacciones sexuales”, hechos que añadirían más leña al fuego.

Pero esto no es nada nuevo bajo el sol. En realidad, no es nada, si lo comparamos con la vez que 629 soldados de República del Congo fueron expulsados de la misión en República Centroafricana por “abusos sexuales, tráfico de combustible y falta de disciplina”. O la vez que la ONU tuvo que abrir una investigación por evidencias que señalaban que algunos cascos azules habían organizado una red de prostitución infantil en República Democrática del Congo. Alguien con buen humor incluso diría que ya es un logro que se haya pasado de 629 criminales a sólo 9. The Conversation publicó en agosto de 2022 un extenso reportaje titulado “Explotación sexual por parte de las fuerzas de paz de la ONU en la República Democrática del Congo: los niños sin padre hablan por primera vez del dolor de ser abandonados”, en donde el primer ejemplo que se menciona es el de una mujer a la que preñó y abandonó un soldado uruguayo. Los ejemplos se cuentan por miles.

El último ejemplo sobre abusos de los cascos azules será el penúltimo, luego el antepenúltimo y así sucesivamente, si no cambian las cosas que no van a cambiar. En la semana negra de la Naciones Unidas en África que concluye, el martes, la junta militar de Níger expulsó a la embajadora de la ONU en el país; el miércoles aceleró la retirada de la MINUSMA de Mali; y el miércoles también se supo el escándalo de los soldados sudafricanos. Y no deja de asombrar que Antonio Guterres, secretario general de la organización, ha posteado nueve veces de nueve sobre Israel en los últimos cinco días, y cero veces sobre África o cualquiera de sus países en un mes. Ha posteado sobre el cambio climático, la paz, el día de los ancianos, Pakistán, el Holocausto, reuniones con líderes asiáticos y sobre la asamblea general que hubo hace unas semanas. Nada escribe sobre la hecatombe africana de la ONU, y no deja de ser significativo a la hora de abordar el problema.

El presidente congoleño Félix Tshisekedi pidió en la misma Asamblea General que se replegaran antes de 2024 todas las tropas de la MONUSCO: lo ocurrido con los soldados sudafricanos se diría una guinda podrida en un pastel de pescado que han devuelto a cocina.