Horror

Muere Vanda, superviviente del Holocausto, al no poder sobrevivir al asedio de las tropas rusas en Mariupol: esta es su increíble historia

La mujer de 91 años tuvo que refugiarse en un sótano sin comida ni agua

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d La Razón

Vanda Semyonovna Obiedkova, una superviviente del Holocausto, murió en un sótano de Mariupol en el que tuvo que refugiarse de las tropas rusas, que entraron en la ciudad. La mujer, de 91 años, pasó varias semanas sin luz ni agua para esconderse de los invasores.

El Holocausto se cobró entre 9.000 y 16.000 vidas solo en Mariupol. Obiedkova se escondió de los nazis en 1941 en un refugio similar en el que pasó sus últimos días. Nacida en 1930, solo tenía diez años cuando la Alemania de Hitler ocupó la ciudad y comenzaron a rastrillar y deportar judíos. Las SS mataron a su madre, pero ella logró escapar del horror.

Ahora, con la invasión rusa, su hija Larissa ha sufrido lo mismo, y comunicó su muerte. “En las últimas dos semanas mi madre no podía ni moverse, después de todo el horror que había vivido durante la persecución nazi no merecía morir así, la vi alejarse sin poder hacer nada”, declaró.

La hija de la superviviente del Holocausto logró escapar de Mariupol a principios de esta semana a través de uno de los corredores humanitarios, aunque estos, aseguraban desde Ucrania, no eran del todo seguros. No pudo dar a su madre una muerte digna, pero trató de darle una despedida digna y con su esposo, arriesgándose a los interminables bombardeos, la enterró en un parque público, cerca del mar de Azov.

Una dura vida

El padre de Vanda no era judío y logró esconderla en un hospital, donde permaneció hasta 1943. La mujer luego se casó en 1954, cuando los soviéticos rebautizaron a Mariupol como Zhdanov. Allí vivió toda su vida.

“Los últimos días estaba temblando de frío. Estaba acostada en su cama y repetía ‘¿Por qué está pasando todo esto? ¿Por qué?’”, rememoró Larissa.

Ella no pudo responderle y la enterró frente al mar de Mariupol, la ciudad de la que Vanda nunca quiso irse.