Francia

Unidad sindical en la calle: «¡Que se jubile Macron!»

«Va a ser un pulso fuerte contra el Gobierno y no vamos a ceder», explica Jerôme

Un manifestante pasa junto a varios agentes de policía en París
Un manifestante pasa junto a varios agentes de policía en ParísLewis JolyAgencia AP

Una caricatura de Emmanuel Macron entre billetes de euros junto a personajes ricos que dirigen multinacionales francesas era la pancarta con la que un grupo de estudiantes universitarios se ha presentado a mediodía en la céntrica plaza de la República al inicio de la manifestación. Entre ellos, Mathieu, de 19 años, estudiante de Ciencias Políticas en París que no duda en calificar a Macron como el «presidente de los ricos». Para él, como para el resto de su grupo, la reforma de las pensiones viene a penalizar sobre todo a los «jóvenes que empezaron pronto a trabajar con empleos precarios». Nicolas, profesor de Literatura afiliado al sindicato Fuerza Obrera, explica a LA RAZON que «hacía tiempo que no se producía una movilización igual» y que mal haría el Gobierno galo en hacer oídos sordos.

Otros sindicalistas que encabezaban la manifestación que ha terminado entrada la tarde en la plaza de la Nación señalaban que el pulso «no ha hecho más que empezar» y preparan nuevas fechas en rojo en el calendario en las próximas semanas. «Va a ser un pulso fuerte con el Gobierno y no vamos a ceder», explica Jerôme, afiliado al sindicato CGT. «¡Que se jubile Macron!», reza la pancarta de Claire y Marta, dos jóvenes veinteañeras que se han desplazado desde la periferia norte parisina hasta el centro para seguir la marcha y lo han hecho a pie por la huelga en los transportes. Pese al frío y pese a la distancia, les ha podido la protesta contra lo que consideran una reforma totalmente injusta. «Hemos tardado más de una hora en llegar y no sabemos cómo vamos a volver cuando se acabe la manifestación caída la tarde», cuentan. Laurent Berger, el líder del sindicato reformista CFDT, explicaba que estaba sorprendido por la magnitud de la protesta. «Va mucho más allá de lo que pensábamos», afirmó. Varias voces sindicales habían expresado en la víspera sus temores a que el hartazgo jugase a favor del Gobierno. Agnés está jubilada desde el año pasado, pero dice haber salido a la calle por solidaridad. «Yo no me la juego hoy aquí, pero tampoco soy de las que dicen que cada cual arregle sus problemas. En mi entorno hay gente que no entiende que haya venido, pero estoy aquí por solidaridad», cuenta.

La creatividad en las pancartas con irónicos mensajes hacia el Gobierno ha sido una constante. «Borne-out» llevaba escrito en grandes letras negras sobre una pieza de cartón Odile, jugando con el nombre de la primera ministra, Elisabeth Borne, que presentó la semana pasada la controvertida reforma, y esa reacción excesiva de estrés en el entorno laboral.

Algunos manifestantes debatían sobre la estrategia que se debería en las próximas jornadas. ¿Otra huelga la semana que viene o mejor dejar unos días? «Creo que mientras la unión sindical siga adelante, Macron lo va a tener muy difícil», señalaba Jerôme, asegurando que la estrategia del Gobierno pasará, precisamente, por desactivar ahora la unión de los sindicatos franceses.