El exlíder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, lanza un nuevo partido

El exlíder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, ha anunciado la formación de un nuevo partido político de izquierdas para promover una "redistribución masiva de la riqueza y el poder" y competir con sus antiguos colegas en las urnas. El propio político ha indicado que decidirán el nombre de esta nueva formación “cuando tengamos todas las respuestas, y hasta ahora la tasa de respuesta ha sido altísima” y ha expresado su esperanza de que celebre su conferencia inaugural en otoño.

Corbyn, de 76 años, condujo al Partido Laborista a derrotas electorales en 2017 y 2019, pero el veterano activista socialista sigue siendo popular entre muchos simpatizantes de base. El nuevo partido tiene el potencial de fragmentar aún más la política británica. Los partidos Laborista y Conservador, que durante mucho tiempo han dominado el juego político, ahora tienen rivales tanto en la izquierda como en la derecha, incluyendo al ambientalista Partido Verde y al ultraderechista Reform UK.

Los planes para un nuevo partido surgieron a principios de este mes cuando la diputada Zarah Sultana, suspendida del Partido Laborista por votar en contra del Gobierno, anunció que codirigiría la fundación de un nuevo partido junto con Corbyn, un veterano partidario de los palestinos y crítico de Israel, que fue suspendido del Partido Laborista en 2020 después de que el organismo británico de control de la igualdad descubriera que se había permitido la propagación de prejuicios antijudíos dentro del Partido Laborista mientras él era líder.

Fue suspendido tras no aceptar plenamente las conclusiones, alegando que sus oponentes habían exagerado la magnitud del antisemitismo en el Partido Laborista por "razones políticas". Corbyn fue reelegido para el Parlamento el año pasado como independiente.

El primer ministro Keir Starmer sucedió a Corbyn como líder laborista en 2020 y devolvió al partido al centro político. Renunció a la oposición de Corbyn al desarrollo de las armas nucleares británicas, apoyó firmemente el envío de armas a Ucrania y reiteró el compromiso del partido con la equidad.

Starmer obtuvo una victoria electoral aplastante hace un año, pero ha tenido dificultades para mantener la unidad entre los legisladores laboristas mientras el Gobierno lucha por impulsar el crecimiento de una economía aletargada e invertir en servicios públicos sobrecargados. Sus propios legisladores lo han obligado a dar marcha atrás en varias ocasiones, incluyendo uno sobre la reforma de la asistencia social que mermó gravemente su autoridad.