Una mujer fallece en un ataque de 144 drones ucranianos en Moscú y otras ocho regiones

Tres de los cuatro aeropuertos de Moscú tuvieron que cerrar por la noche y una mujer murió en uno de los mayores ataques con drones de Ucrania contra Rusia el martes. 144 drones atacaron el país, según afirmó el Ministerio de Defensa de Rusia, incluidos 20 que tuvieron como objetivo su capital.

Según los funcionarios rusos, todos los drones fueron derribados cerca de Moscú y en otras ocho regiones. El alcalde, Sergey Sobyanin, confirmó que un incendio en la pista del aeródromo de Zhukovski fue causado por la caída de escombros de un dron.

Los fragmentos también dañaron varios bloques residenciales de gran altura en la ciudad de Ramenskoye, a unos 30 km de la capital. Una mujer murió y tres personas resultaron heridas después de que se desatara un incendio en los apartamentos de los pisos 11 y 12 de uno de los edificios bombardeados. Una persona resultó herida en otro inmueble, mientras que otras cuatro personas fueron heridas en Zhukovski.

Según las autoridades locales, 72 drones fueron derribados en la región de Bryansk, sin que se produjeran víctimas, al igual que en otras regiones atacadas, como Tula, Kursk, Voronezh y Belgorod.

Las autoridades de Kyiv no han hecho comentarios sobre el ataque, que se produjo diez días después de que 158 drones atacaran al país invasor y alcanzaron una de las mayores refinerías de petróleo rusas en Moscú.

Volodimir Zelenski ha dicho que los ataques son una respuesta a los repetidos ataques del Kremlin contra civiles ucranianos y su infraestructura energética.

Gran parte de la población rusa se ha mantenido en gran medida apolítica, desligándose de la responsabilidad por la guerra en curso, y muchos tratan de centrarse en sus propias vidas.

El Estado ha podido protegerlos de los efectos económicos de las sanciones, gracias en parte a la continuación de las exportaciones de petróleo a los países del Sur Global. Vladimir Putin también ha evitado la movilización a gran escala, confiando en cambio en el aumento de las bonificaciones financieras para los nuevos reclutas.

Las autoridades ucranianas están intentando hacer sentir la guerra dentro de Rusia, donde gran parte de la población ha tratado de aislarse de la brutalidad de la invasión, incluso a pesar de la pérdida reciente de territorios en Kursk.

Según Kyrylo Budanov, jefe de la inteligencia militar de Ucrania, los drones ucranianos pueden alcanzar hasta 1.800 kilómetros en territorio ruso. Su agencia, así como el Servicio de Seguridad de Ucrania, dirigido por Vasyl Maliuk, son responsables de la mayoría de los ataques que han apuntado sobre todo a los aeródromos militares y refinerías de petróleo rusos.

“Continuaremos con los ataques hasta que Rusia no pueda financiar su agresión contra Ucrania”, dijeron anteriormente fuentes del Servicio de Seguridad a los medios ucranianos. Los ataques con drones se consideran una adición más eficiente a las sanciones occidentales contra Rusia, destinadas principalmente a frenar el flujo de los gigantescos ingresos por exportaciones de energía.

Aun así, los ucranianos esperan que sus aliados permitan finalmente el uso de misiles occidentales de largo alcance contra objetivos militares en Rusia y envíen más de ellos al país invadido ahora que Irán ha enviado sus misiles balísticos a Rusia.

Kyiv ha insistido en los últimos meses en que esto ayudaría a prevenir ataques mortales contra ciudades ucranianas al destruir aeródromos militares rusos y otros objetivos militares valiosos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reveló el martes durante su visita a Londres que el presidente estadounidense Joe Biden discutirá el levantamiento de la prohibición de tales ataques el viernes, durante una reunión con el primer ministro británico Keir Starmer.

Kyiv cree que el aumento de los costes de la guerra y la presión de otros países contribuirán a que Rusia esté más dispuesta a detener la invasión. Ucrania espera reunir a los representantes de más de 150 países en su segunda Cumbre Mundial por la Paz, que se celebrará en noviembre, según declaró el martes el primer ministro Denys Shmygal.