Aviación

El F-35 hunde las ventas mundiales del emblemático caza F/A-18

Boeing anuncia que dejará de producir su icónico avión en 2025 por la falta de pedidos ante el empuje del caza de Lockheed Martin

Dos F/A-18 Super Hornet
Dos F/A-18 Super HornetUS Navy

Cada vez son más países los que optan por comprar el caza de quinta generación F-35. El fabricante de armas estadounidenses Lockheed Martin ha aumentado sus ventas de forma considerable en los últimos tiempos, ayudado en parte por la guerra de Ucrania y el rearme generalizado en los países de Asia y también de Europa. El éxito de este avión de combate, sin embargo, ha ido desplazando al legendario caza F/A-18. Boeing ha anunciado recientemente que pondrá fin a la producción de esta icónica aeronave en el año 2025.

El F/A-18, más conocido como Super Hornet, ha sido una pieza clave de la flota de la Marina de Estados Unidos durante cuatro décadas y también una referencia en las Fuerzas Armadas de muchos países, entre ellos España. Dentro de tres años, si no hay más pedidos, la línea de ensamblaje final en St. Louis dejará de trabajar a finales de 2025 tras la entrega de los últimos cazas a la Armada estadounidense. El grupo aeroespacial había intentado sin éxito colocar el F/A-18 Super Hornet a países como Finlandia y Suiza.

La decisión de acortar la vida de este dispositivo es una consecuencia, en gran parte, dell empuje del F-35, del que se han ensamblado hasta la fecha mil unidades en las fábricas que Lockheed Martin tiene en Texas. El tirón de este avión de quinta generación ha provocado la caída de ventas del aparato de Boeing, que ha cumplido 40 años en servicio tras venderse en todo el mundo 2.000 unidades en sus diferentes versiones: Hornet, Super Hornet, EA-18G Growler.

 

Además de España otros países europeos optaron en su día por la compra de este avión de combate, entre ellos Finlandia, Alemania y Suiza. También ha volado en Australia, Canadá, Finlandia, Kuwait y Malasia. Precisamente Alemania estuvo a punto de formalizar la compra de 40 aviones F-18 para entregar a partir de 2025, pero finalmente el gobierno se decantó por adquirir 35 unidades del F-35, en una operación por valor de 10.000 millones de euros con el objetivo de reforzar a la Luftwaffe, la fuerza aérea germana.

Un duro mazazo para Boeing fue la reciente decisión del gobierno de Canadá de elegir al F-35 como avión de combate cuando anunció el pasado mes de enero la firma de un contrato por valor de 13.200 millones de euros para reemplazar su antigua flota con 88 aeronaves de Lockheed Martin, una decisión que vino acompañada de polémica ya que el actual primer ministro, Justin Trudeau, prometió en su campaña electoral hace años que Canadá nunca compraría un avión F-35 si él llegara a dirigir el gobierno.

Pese a todo, la flota Super Hornet que sigue en servicio en numerosos países podrá ser modernizada con el Block III, lo que supondrá la integración de capacidades para la guerra electrónica. Antes de echar el cierre, Boeing está llamando a sus clientes en todo el mundo por si alguno todavía quiere invertir en este dispositivo, lo que provocaría retrasar la paralización de la producción a 2027 si finalmente se encuentran clientes suficientes.

Hay expertos que creen que los Super Hornets no han envejecido tan bien como otros aviones de la Marina. Introducidos en la década de 1990, han tenido tasas de disponibilidad más bajas, lo que supone menos horas de vuelo para entrenamiento o misiones, en comparación con los Hornets. Un informe reciente de la Oficina de Presupuestos del Congreso de EEUU citado por Navy Times asegura que "esto podría deberse al hecho de que los aviones de la Fuerza Aérea no operan en portaaviones y, por lo tanto, no están expuestos a las tensiones que conlleva y a la corrosión del agua salada que enfrentan los Super Hornets".

Cómo es el F/A-18

Capaz de alcanzar una velocidad de Mach 1,8, el F/A-18 se mueve con un solo piloto (la versión biplaza se denomina F/A-18B) y requiere la mitad de horas de mantenimiento que el Grumman F-14 Tomcat.

El Hornet voló por primera vez en noviembre de 1978 y enseguida cosechó los elogios de los expertos y militares por su alta precisión y confiabilidad de ataque. Una de sus primeras intervenciones fue en 1986 en la Operación el “Dorado Canyon” sobre Libia.

Los nuevos intereses militares de Boeing

Boeing ha anunciado que seguirá invirtiendo en la industria militar reasignando parte de los recursos del F/A-18 a nuevos programas de defensa “con o sin tripulación”. Entre otras, está previsto una inversión de mil millones de dólares a la construcción de tres nuevas instalaciones en Saint-Louis, con la construcción del T-7A Red Hawk, un "sistema de entrenamiento totalmente digital"; otra en Arizona y la del drone de reabastecimiento de combustible MQ-25 Stingray, cuya entrega a la Marina de EEUU está prevista para este año. Según explica Pascal Samama, cada uno de los once portaaviones estadounidenses debería integrar cinco drones de este tipo para el reabastecimiento en vuelo de aviones de combate con el fin de ampliar su alcance. También seguirá con la producción de nuevos F-15EX Eagle II.