Aviación

El F-35, la cara y la cruz del avión de combate que Alemania ha elegido para renovar su fuerza aérea

El caza más caro de la historia destaca por su discreción y sigilo, pero también por su alto coste y su baja capacidad de combate

Cazas F35 estadounidenses
Cazas F35 estadounidensesLookheed MartinLookheed Martin

Alemania ha comenzado a rearmarse después de anunciar hace dos semanas un paquete extraordinario de 100.000 millones de euros para poner al día las fuerzas armadas, aumentando el gasto en Defensa para llegar al 2 % del PIB. La primera medida de gran calado es la compra a Estados Unidos de35 aviones de combate F-35, por el que España habría mostrado interés.

Actualmente hay 700 cazas F-35 ya entregados en todo el mundo y operando desde 21 bases repartidas en distintos países. Además, unos 1.460 pilotos han sido entrenados para dirigir esta poderosa aeronave. A día de hoy, la flota F-35 ha superado las 430.000 horas de vuelo acumuladas, según Defense Blog. Entre sus rasgos destaca su velocidad supersónica, su gran agilidad y una tecnología de fusión de sensores de vanguardia, lo que le hace pasar desapercibido a los radares enemigos. Otro de los rasgos es su sorprendente capacidad electrónica. Los pilotos llevan un casco dotado de realidad aumentada que les da una visión de 360 grados.

Sin embargo, el F-35 ha sido y sigue siendo muy polémico. Si bien se considera un prodigio militar por el sigilo y la discreción, también es visto por muchos como una fuente de problemas, entre los cuales no es menor su coste y el elevado nivel de mantenimiento; no en vano es el caza más caro de la historia. Entre los problemas señalados está la escasa cantidad de carga del avión, lo que se traduce en una reducida capacidad de combate. Su mayor fortaleza es también su gran debilidad. La capacidad de mostrarse invisible requiere que el armamento se transporte en bodegas internas, lo que limita su carga a cuatro misiles aire-aire o dos misiles aire-aire y dos aire-tierra.

Un Lockheed Martin F-en Berlín
Un Lockheed Martin F-en BerlínAXEL SCHMIDTREUTERS

El año pasado, Richard Dannatt, ex jefe del Estado Mayor entre 2006 y 2009 en el Reino Unido, lamentó que el Ministerio de Defensa británico estuviera enbancarrota por el alto coste alcanzado en la compra de los cazas F-35B, 111 millones de dólares por unidad y hasta 125.000 dólares por hora de vuelo. Dannat dijo que este precio es tan elevado que la fuerza aérea estadounidense está comenzando a buscar un avión de combate más barato.

Desde Estados Unidos también se lanzó un toque de atención sobre el alto coste del F-35. El entonces presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el demócrata Adam Smith, cuestionó el excesivo gasto asociado en el desarrollo del F-35 Joint Strike Fighter y sugirió “dejar de tirar dinero por esa ratonera”. “¿Qué nos da el F-35? ¿Hay alguna manera de no seguir gastando tanto dinero en una capacidad tan baja?”, se preguntó Smith en un acto del laboratorio de ideas Institución Brookings.

En la web especializada en armamento Popular Mechanics, el experto Alex Hollings planteaba esta pregunta sobre las capacidades del f-35: “¿Es el luchador más capaz de Estados Unidos o el dolor de cabeza más caro?”. En su análisis de esta aeronave, escribe: “El F-35 puede volar a velocidades de hasta Mach 1,6 y puede llevar una carga útil interna de cuatro armas sin comprometer su sigilo. Pero no es la potencia de fuego del F-35 lo que realmente marca la diferencia, es la potencia informática. Es por eso que los F-35 son conocidos como los mariscales de campo en el cielo o una computadora que vuela“.

“Nunca ha habido un avión que brinde tanto conocimiento de la situación como el F-35″, le dijo el experto Justin “Hasard” Lee, instructor de pilotos del F-35 de la Fuerza Aérea de EEUU, a Popular Mechanics. “En combate, la conciencia situacional vale su peso en oro”.

En los últimos meses, el Pentágono ha seguido desarrollando el F-35 para la defensa antimisiles con el objetivo de ampliar la cobertura de la misión y la funcionalidad operativa de la aeronave.