Si eres ingeniero naval en la dictadura comunista de Corea del Norte y diseñas una de las joyas de su Armada no puedes permitirte el lujo de que algo salga mal. Y mucho menos si está el propio Kim Jong-Un delante. Pero eso es lo que ocurrió el pasado miércoles en la ceremonia de botadura del nuevo destructor de 5.000 toneladas norcoreano, una de las piezas clave para el avance naval ddel país, cuando el barco resultó dañado durante su ceremonia por un fallo no suficientemente explicado y que fue presenciado en persona por el caudillo.

El accidente, ocurrido el miércoles en el puerto nororiental de Chongjin, supuso un revés embarazoso para Kim, quien ha subrayado que el desarrollo naval es clave para su ejército dotado de armas nucleares. Según la explicación ofrecida por los medios del país, el barco se deslizó por la rampa y quedó atascado después de que la plataforma rodante no se moviera junto con la nave, lo que desequilibró la embarcación y aplastó parte del casco, de acuerdo con la versión ofrecida por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés) y recogida por la agencia Ap.

Según KCNA, "la corredera de popa se desvió y encalló (...) algunas secciones del fondo del buque de guerra se aplastaron, destruyendo el equilibrio del buque, y la proa no pudo salir de la vía, lo que provocó un grave accidente".

Kim culpó a oficiales militares, científicos y operarios del astillero por lo que calificó como un “accidente grave y acto criminal provocado por una absoluta negligencia, irresponsabilidad y empirismo anticientífico”, y pidió una reunión del Partido de los Trabajadores para abordar sus “errores irresponsables”, según la KCNA. La agencia informó por separado que una reunión plenaria del poderoso Comité Central del partido está prevista para finales de junio.

La embarcación dañada probablemente pertenece a la misma clase que el primer destructor del país, presentado el 25 de abril, al que Kim calificó como un activo importante para avanzar en su objetivo de ampliar el alcance operativo del ejército y sus capacidades de ataque nuclear.

Los medios estatales describieron ese barco como diseñado para manejar diversos sistemas de armas, incluidos armamento antiaéreo y antibuque, así como misiles balísticos y de crucero con capacidad nuclear. Kim también supervisó el lanzamiento de misiles desde el destructor posteriormente, y los medios estatales afirmaron que se espera que el barco entre en servicio activo a principios del próximo año, según Ap.

Kim ha enmarcado el fortalecimiento armamentístico como una respuesta a las amenazas percibidas por parte de Estados Unidos y sus aliados en Asia, quienes han intensificado los ejercicios militares conjuntos en medio de crecientes tensiones por el programa nuclear norcoreano. Afirma que la adquisición de un submarino nuclear sería su próximo gran paso para fortalecer su marina.

El nuevo buque, en cuya construcción han participado, según los analistas, ingenieros rusos, es una muestra de los esfuerzos de Corea del Norte por equiparar sus fuerzas navales a las de su vecino del sur. La distancia entre ambos es aún importante pero se va reduciendo cada vez más.

Las tensiones en la península de Corea se han intensificado en los últimos meses, mientras Kim acelera el desarrollo de sus programas nuclear y de misiles, y suministra armas y tropas para apoyar la guerra de Rusia en Ucrania. Estados Unidos, Corea del Sur y sus aliados han expresado su preocupación de que Moscú pueda corresponderle proporcionando tecnología armamentística avanzada, lo que aumentaría aún más la amenaza que representa el programa nuclear y de misiles norcoreano.