Testimonio desde la Franja

"Dudo mucho de que Israel pueda ocupar Gaza, las consecuencias serían incalculables"

Salah Awad El Sousi, de 73 años, es el encargado de atender a la colonia española de 250 personas atrapada en Gaza

Salah Awad el Sousi, coordinador de la evacuación de españoles en Gaza
Salah Awad el Sousi, coordinador de la evacuación de españoles en GazaLa Razón

Salah Awad el Sousi no recuerda haber vivido «una catástrofe» similar en Gaza en toda su vida. Antiguo decano de la Universidad de Farmacia en Gaza, ahora jubilado, ha estado colaborando estos días con el consulado español en Jerusalén para atender a la colonia española que vive en la Franja, formada por unas 250 personas. Salah explica que hay niños españoles que han sufrido heridas por los bombardeos y también daños psíquicos. «En los últimos 29 años que llevo viviendo en Gaza, este ha sido el ataque más criminal. Es un auténtico genocidio, un exterminio, peor que la Nakba de 1948», asegura en una conversación telefónica con LA RAZÓN desde el sur de este territorio gobernado por Hamás.

Salah, gazatí de 73 años, se vino a Madrid cuando tenía 19 para completar sus estudios universitarios. El Gobierno le otorgó la nacionalidad española y en Madrid estuvo 25 años hasta que decidió volver a su tierra. Hasta hace dos semanas, Salah residía en el centro de la ciudad de Gaza, pero tras el ataque de Hamás contra Israel y el inicio de la campaña militar israelí tuvo que abandonar precipitadamente su apartamento huyendo de los ataques aéreos del Ejército hebreo. «Mi casa fue parcialmente destruida y la de mi hijo quedó derribada por completo. Salí con lo puesto y conseguimos viajar hacia el sur, pero muchos otros se quedaron atrapados por los bombardeos de Israel».

Según sus cálculos, los muertos palestinos por los ataques desde el otro lado de la frontera serían el doble de lo que reconoce Hamás, unos 6.500 según la última actualización. «Puede haber hasta 10.000 muertos porque muchos cadáveres yacen bajo los escombros y no hay manera de sacarlos y hacer un recuento de todas las víctimas».

Los convoyes con ayuda humanitaria no han aliviado las calamidades que está sufriendo el pueblo palestino, explica Salah. «Nadie puede acceder a esa ayuda sin un alto fuego. Nada ha llegado a los hospitales ni a los colegios donde se alojan lo refugiados».

La invasión terrestre de Gaza es una posibilidad cada vez más lejana para Salah. «Dudo que Israel pueda ocupar de nuevo el territorio. Lo que sí puede hacer es ocupar zonas limítrofes y hacer mucho más daño aún, pero no un cara a cara». A su juicio, una decisión así «desataría consecuencias incalculables, pero lo peor se lo llevarán los civiles». Además, añade que «la ocupación de Gaza supondría la unión de los palestinos, algo que Israel no quiere y a lo que siempre se opuso».

Cientos de tanques israelíes están alrededor de Gaza, relata Salah en su éxodo a ninguna parte mientras protesta enérgicamente porque «ahora no hay ningún rincón seguro en la Franja». «Lo de enviarnos al sur ha sido en realidad una farsa. Nos están acosando por todas partes». Tampoco ve cercano un escenario en el que Israel autorice la salida de civiles: «Sin presiones diplomáticas fuertes como la llamada a los embajadores israelíes y estadounidenses, dudo que podamos salir de Gaza, estamos a punto de perder la paciencia y esperanza».

Sobre la suerte de los rehenes israelíes se atreve a anticipar que habrá un intercambio entre ambas partes de prisioneros: «Serán negociaciones largas, duras y costosas. Estoy seguro de que Hamás no va a matar a ningún rehén. Nunca lo han hecho que yo sepa, es un gran tesoro para negociar la liberación de los prisioneros palestinos».

Preguntado sobre el apoyo de los gazatíes a Hamás, asegura que «si algunos no les apoyaban antes, ahora tiene su apoyo total» dentro de la Franja, donde «le consideran el grupo palestino de resistencia más fuerte como antes lo fue Al Fatah».

Después de los ataques cree que la reconciliación entre palestinos e israelíes está muy lejos. Pero el día en que todos se pongan a trabajar por la paz -asegura- hará falta mucha «voluntad y decisión tanto de la comunidad internacional como del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas».

De cara a una solución negociada, Salah contempla dos opciones: «Una es declarar un solo estado democrático de derecho único, que acoja a palestinos e israelíes por igual y donde haya libertad religiosa; y la otra es la creación de un estado palestino libre, democrático y soberano, de acuerdo con la legalidad internacional y los acuerdos firmados. Y eso debería implicar la vuelta de los refugiados palestinos a sus lugares de origen, de acuerdo con las declaraciones de Naciones Unidas».