Misterio

Las incógnitas que rodean la muerte del ex trabajador de Boeing que denunció a la compañía por utilizar materiales defectuosos

La investigación apunta que fue una herida de bala «autoinfligida» lo que acabó con la vida de John Barnett

Imagen de archivo del modelo 737 MAX de Boeing
Imagen de archivo del modelo 737 MAX de BoeingElaine Thompson

John Barnett, el antiguo empleado de Boeing que acusó a la compañía por irregularidades de seguridad en su producción, ha aparecido muerto en pleno proceso legal contra la empresa. Días antes de su fallecimiento, el hombre, de 62 años, había testificado en el marco de una demanda tras denunciar varias irregularidades. El sábado estaba previsto que se sometiera a otro interrogatorio por parte de su equipo de abogados, pero no acudió a la cita. Fue entonces cuando se le buscó en el hotel que se estaba alojando en el condado de Charleston y allí lo encontraron sin vida dentro de su camioneta que estaba aparcada fuera.

La policía investiga las causas de su muerte que de momento apuntan a una herida de bala «autoinfligida», según la oficina forense. «Nos llena de tristeza la muerte del señor Barnett. Nuestros pensamientos están con su familia y amigos», ha dicho Boeing en un comunicado.

Barnett trabajó durante 32 años para la empresa aeronáutica y en 2017 se jubiló debido a problemas de salud. Su trabajo era precisamente asegurar la calidad de la producción del 787 Dreamliner, un avión moderno de pasajeros utilizado principalmente para vuelos de larga distancia. Antes de marcharse aseguró que había descubierto virutas de metal abandonadas cerca de los sistemas eléctricos de control de vuelo, lo que podría causar «catastróficas» consecuencias si las virutas penetraban en el cableado.

Cuando abandonó su trabajo en la planta de North Charleston, el trabajador ya había alertado a sus superiores de que se estaban colocando piezas de calidad inferior a la necesaria y avisó además de graves problemas con los sistemas de oxígeno. La compañía siempre lo negó, y en el 2019 Barnett decidió dar un paso más revelando a la BBC sus preocupaciones.

Boeing siempre negó que la seguridad en sus aviones estuviera comprometida y que los estándares de producción no fueran los requeridos, pero una investigación realizada por la reguladora Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) le dio la razón al extrabajador cuando hallaron que se desconocía la ubicación de al menos 53 «piezas defectuosas» en la fábrica que al parecer estaban perdidas. Respecto al oxígeno, la empresa de aviones reconoció que el proveedor había enviado algunas botellas de oxígeno defectuosas que «no se desplegaban», pero aseguró que no se había colocado en ningún aeroplano. La FAA le ordenó a Boeing que tomara las medidas adecuadas para corregir estas fallas.

La empresa aeronáutica así lo hizo, pero también comenzó una campaña de desprestigio contra Barnett, acusándolo de mentiroso. Por eso, en el 2019, el extrabajador emprendió acciones legales contra su antigua empresa por «denigrar su reputación y obstaculizar su carrera», asegura la BBC, comenzando un proceso legal que se alargó hasta su fallecimiento.

Tarjeta de empleado de Jong Barnett en Boeing
Tarjeta de empleado de Jong Barnett en BoeingABCNews

Su muerte se produce en un momento en que Boeing y Spirit Aerosystems, su proveedor clave, se encuentra bajo escrutinio a raíz de un incidente el pasado enero con una de las puertas de salida de emergencia que salió volando tras despegar el avión, un Boeing Max 737 recién estrenado y operado por Alaska Airlines. La Junta Nacional de Seguridad de Transporte de Estados Unidos dijo en un informe preliminar que cuatro pernos (elementos cilíndricos de anclaje que permiten el giro de la puerta) no estaban bien colocados. Como consecuencia del incidente, la FAA ordenó la inmovilización de todos los aviones Boeing 737-9 (MAX) que volvieron a operar 20 días después.

No es la primera vez que la empresa de aviones se enfrenta a escrutinio por la calidad de fabricaciones. En 2018 y 2019 dos accidentes mortales con un aeroplano Max 8 acabaron con la vida de 346 personas. En 2021, la compañía llegó a un acuerdo con la justicia para evitar un proceso penal por haber mentido a los reguladores federales al no describir con precisión el sistema de control de vuelo que se utilizó en los aviones accidentados, pero su credibilidad comenzó a verse afectada. Ahora habrá que ver como avanza su actual causa penal después de los tristes acontecimientos.