
Reino Unido
Jamón, queso y una multa de más de 5.000 euros en la aduana británica por llevar sabores españoles en la maleta
El Reino Unido prohíbe la entrada de productos cárnicos y lácteos desde España para frenar la propagación de la fiebre aftosa y proteger su seguridad alimentaria

Desde el pasado 12 de abril, el Gobierno del Reino Unido ha intensificado sus controles fronterizos mediante la implementación de una normativa más estricta que prohíbe la entrada de una amplia gama de productos alimenticios procedentes del extranjero. Entre los artículos vetados se encuentran alimentos emblemáticos de la gastronomía española como el jamón ibérico, el queso manchego, carnes curadas y frescas, así como leche y sus derivados. Esta prohibición se aplica de forma generalizada, sin importar si los productos han sido adquiridos en tiendas libres de impuestos, están debidamente envasados o cuentan con certificaciones sanitarias.
La medida ha sido impulsada por el Departamento para Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra), en respuesta a la creciente preocupación por la propagación de enfermedades animales, especialmente la fiebre aftosa, que ha sido detectada recientemente en algunas regiones del continente europeo.
Los viajeros que, de forma voluntaria o por desconocimiento, intenten introducir estos productos prohibidos en territorio británico se exponen a sanciones económicas severas. Las multas pueden alcanzar hasta las 5.000 libras esterlinas, equivalentes a aproximadamente 5.800 euros, además de la confiscación inmediata de los alimentos y su posterior destrucción por parte de las autoridades aduaneras.
Esta política se aplica de manera rigurosa en todos los puntos de entrada al país, incluyendo aeropuertos, puertos marítimos y estaciones internacionales. Aunque la normativa contempla algunas excepciones específicas, como leche infantil, alimentos de uso medicinal, chocolates, dulces, pan, pasteles, galletas y pasta seca, cualquier otro producto alimenticio no incluido en esta lista deberá ser declarado obligatoriamente y entregado en el momento del control fronterizo.
El incumplimiento de estas disposiciones puede derivar no solo en sanciones económicas, sino también en procedimientos judiciales por infracción de las leyes sanitarias y aduaneras.
El ministro de Agricultura británico, Daniel Zeichner, ha defendido públicamente la necesidad de estas restricciones, argumentando que forman parte de un conjunto de medidas destinadas a reforzar la seguridad alimentaria del Reino Unido. En declaraciones recientes, Zeichner afirmó que “estamos reforzando nuestras protecciones con restricciones a las importaciones personales de productos lácteos y cárnicos”, subrayando el compromiso del Gobierno con la prevención de riesgos sanitarios que podrían afectar gravemente a la industria agroalimentaria nacional.
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