Boris Johnson apoyó a los rebeldes en sus críticas contra el Ejecutivo al considerar que, con los nuevos cambios introducidos, ha perdido la esencia ante el inicial Plan Ruanda que él presentó siendo primer ministro británico. El ataque a Rishi Sunak se interpreta como una clara estrategia para posicionarse ante unas posibles primarias en el Partido Conservador. Cambiar de líder a tan sólo meses de las elecciones generales parecería descabellado. Pero los «tories», desesperados ante escenario cada vez más real de perder el poder tras trece años, han demostrado que son capaces de todo.

Lo cierto es que desde el momento en el que Johnson se vio obligado a presentar su dimisión por mentir sobre las fiestas en Dowing Street durante el confinamiento por el coronavirus se habla de un posible regreso a la política. La ambición rubia consiguió una apabullante mayoría absoluta para los «tories» en las últimas elecciones generales de diciembre de 2019 que lograron desbloquear el caos de Westminster para ejecutar finalmente el divorcio con la UE.

Pero tras una serie de escándalos, incluido el «Partygate», fueron sus propias filas quienes obligaron a dimitir al excéntrico líder durante el verano de 2021. Su sucesora, Liz Truss, apenas duró en el cargo dos meses y Johnson se llegó a plantear presentarse de nuevo para las primarias conservadoras. Pero finalmente las filas eligieron a Rishi Sunak. Desde entonces Johnson se la tiene jurada y le critica siempre que tiene una oportunidad.